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20 enero 2014

Tenemos AVE, pero no capital (Opinión)

Tenemos AVE, pero no capital

Hay cosas que a veces explican por qué Alicante es una isla, la llegada del tren de Alta Velocidad es un ejemplo. La puesta en marcha de la nueva línea entre Alicante y Madrid ha sido una oportunidad perdida para que la capital de la provincia liderara los nuevos tiempos que se han abierto en el campo del turismo y la creación de riqueza. Pero no, vistos los acontecimientos, Alicante se reivindica de nuevo como isla que vive de espaldas al resto de los municipios.
La alcaldesa, Sonia Castedo, reaccionó ante la posibilidad de implantar servicios discrecionales de transporte entre la capital y los principales núcleos turísticos del litoral por una imagen: la de la concejala de Benidorm Gema Amor con algún responsable de Adif. Desde entonces, la triple imputada Castedo se niega en redondo a que nadie, que no sean los taxistas de Alicante, se aproveche del AVE.
Castedo hace de Alicante una isla que vive de espaldas al resto de municipios
Pero llegados a este momento ya no es sólo Benidorm que, por habilidad y necesidad, se busca sus habichuelas en la estación de Villena, sino que ahora es también Torrevieja, feudo del PP oficialista, el que espera ya que Renfe ponga en marcha el billete único para que en tres horas se vaya desde Madrid a los apartamentos del Un, Dos, Tres, con parada en Villena, y no en Alicante.
El pasado lunes, el propio Alberto Fabra tuvo conocimiento de esa vicisitud en las palabras del propio alcalde torrevejense. El president no daba crédito al cerrojazo de Alicante. Pero ya es cuestión de meses. En las mismas están otros destinos turísticos o de negocios, como Dénia, que se ha tenido que buscar la vida con Baleària vía Valencia, o Elche, que renuncia a preguntar si vale la pena hacerlo por Alicante.
Y mientras, llama la atención el silencio del coro mediático y los pelotas empresariales que cohabitan con la primera dama de Alicante. Claman porque el TSJ no avanza con su proceso, pero de las cosas del comer y del crecer no reclaman ni media. Pues nada, que dure el esperpento. Que todo sea por salvarla.

fuente  El Mundo

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