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16 mayo 2014

150 años de la llegada del tren a Utrera

La historia del tren en Utrera La historia del tren en Utrera 

En 2014 se cumplen 150 años de la inauguración de la estación de tren de Utrera y de la bifurcación a Morón


Sin lugar a dudas la llegada del tren a la localidad de Utrera es el hecho más influyente que ha ocurrido en la localidad en los últimos 150 años. A partir de ese momento cambia por completo la percepción de Utrera, que siempre había sido un lugar importante en las comunicaciones terrestres entre Sevilla y Cádiz, adquiriendo una nueva dimensión en el mapa. Por ello el 1 de mayo de 1860, momento en el que se inaugura la estación de tren de Utrera, está marcado con letras de oro en el calendario de hechos relevantes en el devenir de la localidad.
En el año 1859 comenzaron a funcionar las vías de tren en la localidad, mientras que la pequeña estación iba poco a poco cobrando forma, para lo que incluso los operarios abrieron diversos caminos que comunicaban la zona de la estación con Las Veredillas y la Vía Marciala, ya que hay que tener cuenta que en esta época el lugar que ocupa la estación se consideraba bastante alejado del casco urbano.
Javier Troncoso es un utrerano enamorado del mundo de los trenes y nos cuenta que la inauguración oficial de la estación de tren de Utrera no llegó hasta el año 1864, por lo que en el mes de septiembre de este año 2014 se cumplen nada más y nada menos que 150 años de esta efeméride. Fue en 1864 cuando se levantaron todo tipo de edificios ferroviarios secundarios, como el muelle cubierto, los talleres o la rotonda para la inversión de la marcha. Es en ese momento cuando la estación poco a poco va adquiriendo el aspecto con el que cuenta en la actualidad, siendo uno de los edificios más transitados de la localidad.
La inauguración de la nueva estación, que se convertía en la localidad en el símbolo absoluto del progreso, en una época en la que el paisaje urbano de Utrera estaba cambiando, tuvo lugar en el mismo momento en el que se inauguraba la bifurcación de la línea ferroviaria de Morón de la Frontera, que tuvo lugar concretamente el 12 de septiembre de 1864.
La línea ferroviaria que unía Utrera con la localidad de Morón de la Frontera tenía una longitud de 32 kilómetros, que según los cálculos de la época contaron para su construcción con un presupuesto de algo más de tres millones de pesetas. Los trenes estuvieron cubriendo este recorrido hasta la década de los noventa del pasado siglo XX. En sus primeros años de funcionamiento la línea experimentó un enorme crecimiento en su uso, así por ejemplo en su año de inauguración se contabilizaron 11.000 viajeros, mientras que en el año 1872 los datos registraban ya más de 110.000 viajeros. Una línea que se convirtió en estratégica al unirse también con las líneas que tomaban como destino Málaga.
Pocas infraestructuras han sido tan definitivas para Utrera como fue la llegada del tren y la construcción de su estación, que cambió para siempre la percepción de los ciudadanos. A lo largo del último tramo del siglo XIX, coincidiendo también en la localidad con el gobierno de Clemente y Enrique de la Cuadra, la ciudad se iba a transformar en muy pocos años. Es este el periodo en el que ve la luz el teatro municipal Enrique de la Cuadra, comienza el adoquinado de las calles del centro del municipio, se construye el cementerio municipal y cierta mentalidad ilustrada llega a los prohombres de la ciudad.
Esas antiguas locomotoras han desaparecido para dar paso a modernos y cómodos trenes que no huelen a carbón, pero todavía quedan románticos que bucean en la historia reciente para conocer como el tren cambió a Utrera y como los hábitos de los ciudadanos y las decisiones de los gobernantes, fueron dejando en el camino numerosas estaciones, que en otros tiempos se veían convertidas en populosas paradas y que hoy reflejan el inevitable paso del tiempo.

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