Funcionarios del gobierno porteño analizan cómo concretar el traspaso del metro
Así lo aseguraron en los últimos días fuentes de la administración de Mauricio Macri, quienes precisaron que hay un equipo encabezado por el subsecretario de Transporte, Guillermo Dietrich, y el presidente de Subterráneos de Buenos Aires (SBASA), Juan Pablo Piccardo, analizando varios escenarios referidos al cambio de manos de las formaciones.
Según datos informados por la agencia de noticias Telam, los
funcionarios del gobierno porteño ya comenzaron a analizar cómo podría
concretarse el traspaso de la titularidad de las seis líneas de
subterráneos que corren por debajo de la Ciudad y del Premetro.
La principal opción que manejan es la quita del subsidio estatal de 360
millones de pesos anuales, que se hará efectiva a partir de que
comience 2013. Para compensar esta merma en las arcas subterráneas, se
evalúa desde un nuevo incremento tarifario en el orden del que se aplicó
en enero de este año, de 127 por ciento, hasta un incremento impositivo
o la creación de una nueva tasa, cuya recaudación estaría destinada
íntegramente a financiar los subtes.
La cuestión tarifaria, según las fuentes consultadas, no está del todo
resuelta porque reconocen que todavía no tienen una real dimensión de
cuánto debería costar el pasaje para compensar el faltante de caja,
sobre todo teniendo en cuenta que cualquier nuevo incremento podría
generar una baja en el caudal de pasajeros, lo que jugaría en contra de
esta ecuación.
Lo ideal, entonces, de acuerdo a funcionarios que estudian el tema,
sería asegurarse una masa de dinero a través de alguna de las
alternativas impositivas en danza, y después ensayar algún aumento del
pasaje aunque no tan alto como para espantar a los usuarios. Con estos
elementos, si fuera necesario, se podría volver a acudir a una nueva
suba más adelante en el año, una vez que haya un resultado puesto
respecto a la relación entre el aumento y la merma de pasajeros.
De esta manera, desde el gobierno porteño estarían viendo cada vez más
cerca la posibilidad de darle un cierre a la discusión con el Poder
Ejecutivo Nacional, que lejos de dañar la imagen presidencial se
convirtió en una carga pesada de sobrellevar por la administración
macrista, que empezó a sentir con preocupaciones las implicancias que
esta situación podría tener en el escenario electoral del año próximo.
Es que el de los subtes no es un problema que pueda traspasar los
límites de la General Paz, y solo se circunscribe a una situación
doméstica, lo cual genera una encerrona para una fuerza política vecinal
que aspira a convertirse en una alternativa nacional.
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