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13 abril 2014

ADIF va a derribar dos inmuebles del complejo ferroviario de Miranda de Ebro

http://i.promecal.es/IMG/2014/3D218DDC-AD8E-EBF2-399975F4EFD36B4C.JPGLa mala conservación obliga al ADIF a tirar dos edificios de la estación

Los ha tenido que vallar por el riesgo de caída de cascotes que existe. Son dos bloques en los extremos de la terminal que se usaron para los sindicatos y por personal ferroviario
La estación de ferrocarril mirandesa va a quedarse un poco más desierta en los próximos meses. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) va a derribar dos inmuebles del complejo ferroviario, actualmente cerrados y en desuso, y que se encuentran muy deteriorados. Uno de ellos es el antiguo edificio de Lamparería, en el que no hay actividad desde hace más de un año cuando los sindicatos, que tenían allí su sede, se mudaron a otras instalaciones en el edificios principal de la estación por el mal estado de conservación que presentaba el inmueble. Aseguran que el tejado presentaba ya un estado lamentable y que las filtraciones de agua eran continuas. «No podíamos seguir allí», explica un sindicalista.
 Ante esto, ADIF optó reubicar a los sindicatos en vez de proceder a la rehabilitación del edificio, que permanece cerrado desde entonces. Hace unos días se cercó con unas vallas «para evitar posibles riesgos para las personas», explican desde ADIF, ya que son visibles los desconchones y tejas mal colocadas existentes, y además este inmueble está en una zona habitual de paso. Lo que por el momento no tienen en el ADIF es la fecha para proceder a la demolición.
Lo mismo ocurre con otro inmueble situado a solo unos metros de la estación, también junto a las vías, pero en el otro extremo. Se trata de la conocida como Casa Blanca, que «también sufría daños por filtraciones y humedades», reconocen en el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. Antiguamente este inmueble era utilizado por el personal que viajaba en los trenes y debía pernoctar en la ciudad. Posteriormente, en los años 80 y 90, fue utilizado para servicios de tracción.
El deterioro de ambos edificios es patente desde hace unos años y, dado que carecen de valor arquitectónico, se ha decidido derribarlos. Una decisión que no es compartida por un sector ferroviario de la ciudad, partidario de preservar y proteger estos bienes precisamente por su antigüedad y por conformar un todo en el complejo de la estación de ferrocarril mirandesa.
El primero es un edificio de una sola planta y dos cuerpos, el primero que se ve para los viajeros que llegan desde Burgos y que dispone de un gran cartel que anuncia el nombre de la ciudad. Aunque en desuso, ofrece una estética atractiva, albergando en uno de sus laterales un pequeño jardín, y manteniendo la línea del edificio que albergó los aseos.
En cuanto al segundo inmueble, es de dos plantas y posee en uno de los lados otra amplia nave de una sola planta, si bien no tienen ningún atractivo arquitectónico y , por su cercanía, tapa la bella estructura del edificio principal de la estación.
Pese a estar vallado, en las dependencias del antiguo edificio de los sindicatos se conserva un archivo histórico de documentación de las compañías Norte/Renfe que se ha ido confeccionando desde 1862, cuando llegó el ferrocarril a la ciudad, hasta los años 90 del siglo pasado. Apilados en carpetas se incluye la historia de los ferroviarios mirandeses y de los que han pasado por estas instalaciones. Para salvarlo y evitar que desaparezca, recientemente se han hecho gestiones desde Miranda con los museos ferroviarios de Madrid, Gijón y Azpeitia.

Mantenimiento
En cuanto a los talleres y al edificio principal, de los pocos de estilo victoriano que quedan por el país, y que actualmente acoge la zona de espera y taquillas, se denuncia que desde los años 90 «prácticamente no ha habido un mantenimiento preventivo» en estas instalaciones, que tienen «goteras» y que les hace falta «una mano de pintura». «La estación es un edificio de gran valor arquitectónico que con un poco de mimo y unas pequeñas reformas es muy agradecida», resumen.
Hace ya algunos meses que el ADIF también se deshizo de algunos edificios que posee en la ciudad y que la falta de uso y conservación llevaron a un elevado estado de deterioro que aconsejó su demolición. Es el caso del complejo de la cale Fernando Valle, donde hace años tiró unas viviendas y más recientemente se procedió a la demolición controlada de una zona que fue usada para formación y residencia hace más de tres décadas.

fuente Diario de Burgos

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