El tren más exclusivo de la historia
Una sección de Nieves Concostrina en 'La Ventana'
Hubo un tiempo en el que el turista ferroviario no tenía prisa por llegar, porque el objetivo era disfrutar mientras se llegaba.
Fue en 1883 cuando arrancó este sueño sobre raíles desde la estación de Estrasburgo de París. Por aquel entonces, viajar a lo largo de Europa era muy incómodo y muy complicado: malas conexiones, continuos cambios de tren, anchos de vía diferentes en cada país, intensos controles burocráticos al cruzar fronteras...
Se le ocurrió darle un extra de lujo e imaginó un tren que no sirviera solo para desplazarse rápida y cómodamente, sino para viajar y disfrutar del viaje, con sábanas de seda, duchas de agua caliente y cubertería de plata.
Fueron necesarios muchos años de trabajo burocrático para conseguir que los diferentes países europeos por los que cruzaba el Orient Express se pusieran de acuerdo.
El Orient Express era en la tierra lo que el Titanic fue años después en el agua y mucho más tarde el Concorde entre nubes. Viajaba a toda velocidad - 80 kilómetros por hora - y sólo tardaba tres días en recorrer los tres mil kilómetros que separaban París de Constantinopla.
Fuente inagotable de inspiración para autores como Agatha Christie o Graham Greene, el encanto del Orient Express sigue vivo a día de hoy aunque, como en aquella época, con unos precios reservados para pocos bolsillos.
fuente Cadena SER
Fue en 1883 cuando arrancó este sueño sobre raíles desde la estación de Estrasburgo de París. Por aquel entonces, viajar a lo largo de Europa era muy incómodo y muy complicado: malas conexiones, continuos cambios de tren, anchos de vía diferentes en cada país, intensos controles burocráticos al cruzar fronteras...
"Fue el belga Georges Nagelmackers quien decidió crear una línea ferroviaria que atravesara Europa de oeste a este, tras darle una vuelta de tuerca a lo que había visto en Estados Unidos, donde George Mortimer Pullman había instalado camas en los trenes de largo recorrido."
Se le ocurrió darle un extra de lujo e imaginó un tren que no sirviera solo para desplazarse rápida y cómodamente, sino para viajar y disfrutar del viaje, con sábanas de seda, duchas de agua caliente y cubertería de plata.
Fueron necesarios muchos años de trabajo burocrático para conseguir que los diferentes países europeos por los que cruzaba el Orient Express se pusieran de acuerdo.
"Políticos, hombres de negocios, aristócratas y varios periodistas de los principales periódicos del continente inauguraron el tren con un viaje París-Constantinopla: un viaje engañoso, puesto que en realidad el tren sólo llegó hasta la ciudad costera búlgara de Varna, donde los pasajeros montaron en barcos con los que alcanzaron finalmente Constantinopla."
El Orient Express era en la tierra lo que el Titanic fue años después en el agua y mucho más tarde el Concorde entre nubes. Viajaba a toda velocidad - 80 kilómetros por hora - y sólo tardaba tres días en recorrer los tres mil kilómetros que separaban París de Constantinopla.
Fuente inagotable de inspiración para autores como Agatha Christie o Graham Greene, el encanto del Orient Express sigue vivo a día de hoy aunque, como en aquella época, con unos precios reservados para pocos bolsillos.
fuente Cadena SER
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