Descarrilamiento de Sineu en mayo de 2010

Dos años y medio sin juicio para los afectados por el tren

Crece el nerviosismo entre los accidentados por el descarrilamiento de tres vagones de SFM cerca de la estación de Sineu en mayo de 2010

S. SANSÓ Eran las seis y media de la mañana del 19 de mayo de 2010, cuando un tren de cuatro vagones de Serveis Ferroviaris de Mallorca arrancaba de la estación de Manacor, rumbo a Palma. Ese tren nunca llegó. Poco antes de las siete descarrilaba a escasos metros de llegar a la estación de Sineu debido a la caída de uno de los muros de contención ( de doce metros de longitud y cuatro de altura), mal anclado al suelo y que no pudo soportar el peso de la tierra acumulada durante las últimas horas de lluvia. Dos años y medio después todavía no se ha celebrado el juicio que dirima exactamente que fue lo que pasó, y concrete las indemnizaciones a pagar a los afectados por el siniestro.
Unas 50 personas viajaban ese día en su interior, de las cuales 30 resultaron heridas de diversa consideración. La mayoría de las que encontraban sentadas en los tres vagones que no pudieron sostenerse en pie y cayeron bruscamente en el terraplén lateral. Cinco de esas personas, en estado grave (entre ellas el maquinista y el cobrador), tuvieron que ser evacuadas hasta el hospital comarcal de Inca primero y hasta Palma y Manacor después. Semanas después fueron a prestar declaración en los Juzgados de Inca sobre lo sucedido. Después de los informes técnicos, algunas de ellas percibieron 3.000 euros del seguro de SFM por el accidente... pero nada más.
No hay fecha fijada ni ningún tipo de información por parte ni del Govern ni de los Serveis Ferroviaris hacia los viajeros perjudicados o hacia sus abogados, hecho que hace que aumente el nerviosismo ante la incertidumbre. Uno de los afectados, que no quiere revelar su identidad por temor "a posibles represalias" explica la "indefensión" que supone la falta de noticias y "el poco interés" mostrado tanto por los dirigentes del servicio de trenes, como por parte de los actuales responsables de la conselleria de Movilidad del Govern.
"Ni entonces ni ahora hemos recibido ni una sola llamada para saber cómo estábamos ni qué pasaría con nuestra situación. Tan solo recuerdo la visita del entonces presidente Antich para hacerse la foto". "Lo que reclamamos es que se sepa alguna cosa. Yo por ejemplo pasé de ganar 2.500 euros a una pensión por invalidez permanente total (con lesiones en tres vertebras y a la espera de una nueva intervención) de escasamente 800".