Los autobuses reclaman más velocidad ante las agresivas tarifas del AVE
Elevar la velocidad en autopistas, mantenerla en autovías y bajarla en carreteras, posible solución
Para fundamentar su petición, las empresas han realizado un estudio sobre el eventual impacto de esta medida, sobre aspectos tan sensibles como la seguridad. Alegan que "aunque no se puede negar que la velocidad es un factor de riesgo en carretera, la medida tendría un efecto reducidísimo al obligar a un colectivo en el que el número de víctimas mortales por accidente es muy reducido". Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) recogidos en el estudio, el promedio de víctimas mortales por accidente que viajaban en autobús o autocar es del 0,07 por ciento del total, una relación que en 2012 fue de una persona frente a las 1.304 fallecidas a lo largo del año.
Asimismo, la Federación Española Empresarial de Transporte de Viajeros (ASINTRA), ha apuntado que la diferencia de velocidades de los vehículos en una misma vía "puede traducirse en un aumento de los accidentes por maniobras de adelantamiento".
El argumentario se completa afirmando que la ampliación de los márgenes de velocidad tendría importantes beneficios en términos de reducción de emisiones de CO2, potenciaría el uso del transporte colectivo y beneficiaría a los viajeros, que verían reducidos los tiempos de duración de sus viajes.
Las patronales, Fenebús y Asintra, también esgrimen la profesionalidad de los conductores de este tipo de transportes, "que tienen que pasar un curso anualmente, en el que las empresas invierten cerca de 6 millones de euros al año", y el buen estado de los vehículos.
Ambas organizaciones han destacado la mejora de la seguridad en los trayectos de estos vehículos que «han experimentado una reducción anual media del número de accidentes en vías interurbanas del 5,3%, mientras que el promedio del total de vehículos ha sido del 4,1%".
Las empresas de transporte en autobús ya recibieron hace unas semas una compensación por la política de tarifas agresivas de Renfe, una empresa que recibe dinero público y que podría ser acusada de competencia desleal. El precio del billete de autobús regular interurbano registró una subida extraordinaria media del 3% en marzo, gracias a una Orden del Ministerio de Fomento.
Se trata de un incremento de carácter extraordinario que el Gobierno autoriza a las empresas concesionarias de servicios de transporte público de viajeros en autobús para compensarlas por el encarecimiento del combustible.
"Las importantes variaciones experimentadas en el precio de los combustibles, especialmente desde comienzos de 2010, aconseja proceder a la revisión de las tarifas de los servicios públicos regulares permanentes y de uso general de transporte de viajeros por carretera", indicaba la orden ministerial que hoy publica el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Renfe y lo que había que haber hecho
De momento, la estrategia de precios de Renfe está dando resultados y está captando bastante tráfico. La operadora ha transportado a 775.8675 viajeros en sus trenes AVE de Larga Distancia en lo que va de año, lo que supone un incremento del 12,3% respecto a 2012 y permite que los trenes de este servicio circulen con una ocupación del 80% de su capacidad.
Renfe destaca que esta pasada Semana Santa sus trenes AVE transportaron 426.472 viajeros, un 19% más en comparación al año anterior. Los trenes registraron una ocupación media del 75%.
Según sus datos, el pasado 1 de abril la compañía ferroviaria registró un récord de pasajero AVE en un sólo día, al contabilizar 91.638 usuarios coincidiendo con la operación retorno de la Semana Santa.
Al mismo tiempo, Asintra rechaza que la modificación de este texto que propone el gobierno reduzca la velocidad máxima de los autobuses en las carreteras convencionales hasta 80 kilómetros por hora, frente a los 90 kilómetros por hora actuales.
El sector denuncia que esta disminución de velocidad restará competitividad al "principal modo de transporte público, el más utilizado por los usuarios y el más seguro de los que circulan por carreteras". La patronal indica además que esta reducción podría suponer a las empresas reordenar gran parte de sus servicios de transporte escolar.
Según explica, la normativa de condiciones de seguridad en el transporte escolar y de menores fija la duración máxima del viaje, de forma que, según se indica, los viajeros no deben estar más de una hora en el vehículo en traslados escolares. La reducción de velocidad obligaría a las empresas a reestructurar todos los horarios y a realizar grandes inversiones.
fuente http://www.capitalmadrid.com
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