La variante de Pajares, mejor para uso mixto, y no al AVE entre Lena y Gijón
Los asesores anteponen la mejora de los servicios de cercanías al trazado interior de Alta Velocidad
08.04.2013 | 10:28
Los asesores económicos
del presidente Fernández piden una revisión profunda de la acción
pública en favor de la actividad productiva. Pero indican también que
los retos que la región tiene por delante requieren en alguna medida un
cambio de mentalidad en la sociedad asturiana, «una transformación hacia
un clima de opiniones y valores mucho más favorables a la creación de
riqueza y a la empresa y mayor protagonismo de las empresas en toda la
vida regional».
Se impone a la vez un cambio de escenario y de herramientas en la política de apoyos a la iniciativa empresarial: dejar atrás «las tradicionales políticas de subvenciones» y avanzar hacia «la creación de entornos favorables». Menos ayudas económicas directas, menos trabas burocráticas y compaginar la consolidación de las grandes compañías con una «apuesta decidida» por las pymes.
«La gran empresa seguirá resultando sin duda decisiva para la economía asturiana, pero no cabe pensar en una estrategia basada en la atracción de grandes inversiones (...), sino que parece más realista orientar el crecimiento sobre la base de los recursos endógenos y del estímulo al crecimiento de las pequeñas y medianas empresas regionales», recomienda el consejo. Tal filosofía figura también expresada así: «Más que "pocos muchos", deseables pero improbables, el aumento de la actividad y del empleo cabe fiarlo a los "muchos pocos" que procedan del estímulo de las pymes».
Esa apuesta por la pyme y por la iniciativa interior -que ganó aliento en Asturias ya desde mediados los años noventa tras la experiencia del «Petromocho»- debería concretarse, sugiere el grupo dirigido por Juan Vázquez, en políticas como las siguientes:
-Puesta en marcha de un plan de «medidas urgentes» contra los «obstáculos y estrangulamientos» que afectan a las pymes: eliminación de trabas burocráticas, simplificación legislativa o establecimiento del silencio administrativo positivo.
-Acortar los plazos de pago de la Administración para que se cumpla el límite de los 30 días.
-Creación de la figura del «Señor o Señora Pyme» (una versión del «Mister Pyme» de la UE), responsable de la Administración encargado de atender los problemas que planteen las empresas.
-Impulso a las alternativas de financiación («business angels», microcréditos...) ante las dificultades de acceso al crédito.
-Estímulo a la cooperación para paliar el déficit de tamaño de las empresas asturianas, fomento del uso las TIC y refuerzo de la promoción exterior.
Hacia la empresa y hacia la actividad productiva están orientadas también las sugerencias que los asesores hacen sobre educación (más calidad en la etapa infantil, mejor evaluación de centros y profesores, más inglés en las aulas, educación emprendedora desde la escuela, refuerzo de las titulaciones tecnológicas en la Universidad, «apuesta decidida» por la FP...).
Otro tanto ocurre con los capítulos referidos a la innovación y a las infraestructuras. El consejo hace suya una opinión muy extendida en los ámbitos académicos y empresariales: están ya superadas «muchas de las carencias» que, amplificadas por «un cierto fetichismo», hicieron que durante décadas la región volcara los esfuerzos y los recursos en las comunicaciones. Los asesores consideran, no obstante, «primordial» culminar «sin nuevas demoras» los tramos pendientes de la Autovía del Cantábrico.
El principal «estrangulamiento» sigue estando en el ferrocarril, y ahí el grupo se decanta por el uso mixto (mercancías y viajeros) de la variante de Pajares. Ante el dilema sobre si Asturias debe o no dar la batalla para que el tendido del AVE se prolongue con un trazado entre Pola de Lena y Gijón, el consejo apela al «coste de oportunidad» y sugiere una inversión alternativa: dedicar los esfuerzos a mejorar la red y los servicios regionales (cercanías).
Queda otra «cuestión fundamental» por hacer: captar «nuevos flujos comerciales» para rentabilizar la gran inversión realizada en la ampliación del puerto de Gijón, uno de los emblemas del ciclo económico y político que Asturias ha dejado atrás.
fuente http://www.lne.es/
Se impone a la vez un cambio de escenario y de herramientas en la política de apoyos a la iniciativa empresarial: dejar atrás «las tradicionales políticas de subvenciones» y avanzar hacia «la creación de entornos favorables». Menos ayudas económicas directas, menos trabas burocráticas y compaginar la consolidación de las grandes compañías con una «apuesta decidida» por las pymes.
«La gran empresa seguirá resultando sin duda decisiva para la economía asturiana, pero no cabe pensar en una estrategia basada en la atracción de grandes inversiones (...), sino que parece más realista orientar el crecimiento sobre la base de los recursos endógenos y del estímulo al crecimiento de las pequeñas y medianas empresas regionales», recomienda el consejo. Tal filosofía figura también expresada así: «Más que "pocos muchos", deseables pero improbables, el aumento de la actividad y del empleo cabe fiarlo a los "muchos pocos" que procedan del estímulo de las pymes».
Esa apuesta por la pyme y por la iniciativa interior -que ganó aliento en Asturias ya desde mediados los años noventa tras la experiencia del «Petromocho»- debería concretarse, sugiere el grupo dirigido por Juan Vázquez, en políticas como las siguientes:
-Puesta en marcha de un plan de «medidas urgentes» contra los «obstáculos y estrangulamientos» que afectan a las pymes: eliminación de trabas burocráticas, simplificación legislativa o establecimiento del silencio administrativo positivo.
-Acortar los plazos de pago de la Administración para que se cumpla el límite de los 30 días.
-Creación de la figura del «Señor o Señora Pyme» (una versión del «Mister Pyme» de la UE), responsable de la Administración encargado de atender los problemas que planteen las empresas.
-Impulso a las alternativas de financiación («business angels», microcréditos...) ante las dificultades de acceso al crédito.
-Estímulo a la cooperación para paliar el déficit de tamaño de las empresas asturianas, fomento del uso las TIC y refuerzo de la promoción exterior.
Hacia la empresa y hacia la actividad productiva están orientadas también las sugerencias que los asesores hacen sobre educación (más calidad en la etapa infantil, mejor evaluación de centros y profesores, más inglés en las aulas, educación emprendedora desde la escuela, refuerzo de las titulaciones tecnológicas en la Universidad, «apuesta decidida» por la FP...).
Otro tanto ocurre con los capítulos referidos a la innovación y a las infraestructuras. El consejo hace suya una opinión muy extendida en los ámbitos académicos y empresariales: están ya superadas «muchas de las carencias» que, amplificadas por «un cierto fetichismo», hicieron que durante décadas la región volcara los esfuerzos y los recursos en las comunicaciones. Los asesores consideran, no obstante, «primordial» culminar «sin nuevas demoras» los tramos pendientes de la Autovía del Cantábrico.
El principal «estrangulamiento» sigue estando en el ferrocarril, y ahí el grupo se decanta por el uso mixto (mercancías y viajeros) de la variante de Pajares. Ante el dilema sobre si Asturias debe o no dar la batalla para que el tendido del AVE se prolongue con un trazado entre Pola de Lena y Gijón, el consejo apela al «coste de oportunidad» y sugiere una inversión alternativa: dedicar los esfuerzos a mejorar la red y los servicios regionales (cercanías).
Queda otra «cuestión fundamental» por hacer: captar «nuevos flujos comerciales» para rentabilizar la gran inversión realizada en la ampliación del puerto de Gijón, uno de los emblemas del ciclo económico y político que Asturias ha dejado atrás.
fuente http://www.lne.es/
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