Ferrocarril a ninguna parte
Una tras otra, las decisiones de Fomento en las últimas décadas no han hecho nada más que aislar a Almería Sin cercanías ni vías electrificadas, crece el destierro ferroviario
Iván Gómez / Almería | Actualizado 01.04.2013
En vía
muerta. El ferrocarril en la provincia de Almería es, hoy por hoy, el
peor de todo el país y uno de los más precarios de Europa. Lejos de
mejorar con el paso de los años, las decisiones que han ido aprobado los
gobiernos, sin distinción entre PSOE y PP, no han hecho más que agravar
el aislamiento. A la línea entre Guadix y Almendricos, cerrada en 1985 a
pesar de la oposición de la provincia por el ministro Miguel Boyer, se
sumó en los noventa el tren nocturno que conectaba con Cádiz y Sevilla
-el de La Borbolla en argot ferroviario- y años más tarde el expreso
nocturno con Madrid, que permitía estar en la capital de España a
primera hora sin necesidad de hacer noche fuera de la provincia.
Ahora, el primer tren no llega hasta las dos del mediodía después de siete horas de tortuoso viaje. La misma suerte ha corrido poco después, la conexión con Barcelona en el tren García Lorca, que pasó de ser diario a tener una frecuencia alterna y con parada en Linares. Actualmente peligran, según alertan desde la Junta de Andalucía y los propios trabajadores, las paradas de los trenes regionales en las estaciones de Gérgal, Gádor y Fiñana.
La involución ferroviaria de la provincia es una auténtica barrera para el tejido empresarial y turístico, que pese a los desmanes, nunca acaba de levantar la voz contra la política de recortes donde ya no queda nada que recortar. Los colectivos de movilidad sostenible, junto a los sindicatos y trabajadores de Renfe y Adif, parecen estar solos y levantan la voz sin demasiado éxito. Conscientes del agravio que sufre la provincia almeriense frente al selecto club de capitales con AVE, han puesto sobre la mesa recientemente, con protestas en Granada y Jaén (hay una gran diferencia de trenes e infraestructuras entre la Andalucía oriental y la occidental), el drama del aislamiento ferroviario. Los trabajadores se movilizarán en los próximos meses también en Almería para exigir al Gobierno central una mayor inversión, todo lo contrario a lo que se vaticina.
El presidente del Comité de Empresa del Adif en Almería, Fernando Vázquez, asegura que "la situación de los trenes en la provincia es de marginalidad, no tenemos cercanías y contamos con vías sin electrificar del siglo XXI". La provincia mantiene una única conexión con Madrid, a través de Linares-Baeza, y sin electrificar, desde Guadix, y otra no menos obsoleta a través de Granada para la conexión con Sevilla. Desde 1995, cuando se cerraron las minas de Alquife a las que llegaban 13 ferrocarriles de mercancías diarios, el tejido ferroviario en la provincia ha ido perdiendo peso y la plantilla de trabajadores ha pasado de unos 170 empleados a la mitad. Es más, las faraónicas obras del AVE no tienen fecha de finalización y la provincia, por sorprendente que parezca, ha permanecido sin conexión ferroviaria con Murcia y Málaga, por no hablar de que no cuenta con un enlace entre la estación y el Puerto. Además, los servicios no avanzan y en los últimos años no han tenido lugar ni leves mejoras en el trazado, en la electrificación y en los trenes. De hecho, estas carencias han convertido al material rodante de la provincia en el más lento y costoso del país.
El que conecta Almería con la capital andaluza es uno de los más deficitarios de Andalucía, según el informe del Ministerio de Fomento de finales de año, con pérdidas que superan los 5,5 millones de euros al año. Tiene 246 plazas por kilómetro disponibles, pero sólo se ocupan una media de 99, con unos ingresos de 6,9 millones. A pesar de todo, el Consejo de Ministros lo salvó de su plan de racionalización y con la obligación de servicio público se mantendrá al menos durante 2013. Las líneas Almería-Linares y Sevilla-Granada-Almería de la red convencional de media distancia no sufrirán nuevos recortes, si bien han visto empeorar la calidad de sus prestaciones. Si bien ahora llegar a Sevilla tiene una duración de cinco horas y media, hace unos años estaba en cuatro horas y cuarenta minutos. El tren de Almería, en vía muerta.
Ahora, el primer tren no llega hasta las dos del mediodía después de siete horas de tortuoso viaje. La misma suerte ha corrido poco después, la conexión con Barcelona en el tren García Lorca, que pasó de ser diario a tener una frecuencia alterna y con parada en Linares. Actualmente peligran, según alertan desde la Junta de Andalucía y los propios trabajadores, las paradas de los trenes regionales en las estaciones de Gérgal, Gádor y Fiñana.
La involución ferroviaria de la provincia es una auténtica barrera para el tejido empresarial y turístico, que pese a los desmanes, nunca acaba de levantar la voz contra la política de recortes donde ya no queda nada que recortar. Los colectivos de movilidad sostenible, junto a los sindicatos y trabajadores de Renfe y Adif, parecen estar solos y levantan la voz sin demasiado éxito. Conscientes del agravio que sufre la provincia almeriense frente al selecto club de capitales con AVE, han puesto sobre la mesa recientemente, con protestas en Granada y Jaén (hay una gran diferencia de trenes e infraestructuras entre la Andalucía oriental y la occidental), el drama del aislamiento ferroviario. Los trabajadores se movilizarán en los próximos meses también en Almería para exigir al Gobierno central una mayor inversión, todo lo contrario a lo que se vaticina.
El presidente del Comité de Empresa del Adif en Almería, Fernando Vázquez, asegura que "la situación de los trenes en la provincia es de marginalidad, no tenemos cercanías y contamos con vías sin electrificar del siglo XXI". La provincia mantiene una única conexión con Madrid, a través de Linares-Baeza, y sin electrificar, desde Guadix, y otra no menos obsoleta a través de Granada para la conexión con Sevilla. Desde 1995, cuando se cerraron las minas de Alquife a las que llegaban 13 ferrocarriles de mercancías diarios, el tejido ferroviario en la provincia ha ido perdiendo peso y la plantilla de trabajadores ha pasado de unos 170 empleados a la mitad. Es más, las faraónicas obras del AVE no tienen fecha de finalización y la provincia, por sorprendente que parezca, ha permanecido sin conexión ferroviaria con Murcia y Málaga, por no hablar de que no cuenta con un enlace entre la estación y el Puerto. Además, los servicios no avanzan y en los últimos años no han tenido lugar ni leves mejoras en el trazado, en la electrificación y en los trenes. De hecho, estas carencias han convertido al material rodante de la provincia en el más lento y costoso del país.
El que conecta Almería con la capital andaluza es uno de los más deficitarios de Andalucía, según el informe del Ministerio de Fomento de finales de año, con pérdidas que superan los 5,5 millones de euros al año. Tiene 246 plazas por kilómetro disponibles, pero sólo se ocupan una media de 99, con unos ingresos de 6,9 millones. A pesar de todo, el Consejo de Ministros lo salvó de su plan de racionalización y con la obligación de servicio público se mantendrá al menos durante 2013. Las líneas Almería-Linares y Sevilla-Granada-Almería de la red convencional de media distancia no sufrirán nuevos recortes, si bien han visto empeorar la calidad de sus prestaciones. Si bien ahora llegar a Sevilla tiene una duración de cinco horas y media, hace unos años estaba en cuatro horas y cuarenta minutos. El tren de Almería, en vía muerta.
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