El servicio de ferrocarril entre las localidades
vizcaínas de Amorebieta y Gernika cumplirá 125 años el próximo martes,
día 13, una de las líneas más representativas de EuskoTren, que supuso
"un gran paso en materia de movilidad sostenible con una gran
repercusión social y económica en la zona", según ha destacado la
consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi.
La locomotora de vapor Zugastieta, una Creusot y una máquina diesel
Alsthom, que inauguraron la línea de Gernika, se exponen en el Museo
Vasco del Ferrocarril de Azpeitia.
Oregi ha recordado
"el gran paso dado en materia de movilidad sostenible en la Europa más
desarrollada hace ya siglo y medio" con la apertura de nuevas líneas de
ferrocarril, entre ellas, la de Amorebieta-Gernika-Bermeo, que
"desarrolla una gran función social y económica en la zona".
Según han explicado la Consejería, el "éxito financiero" del primer
ferrocarril de vía estrecha en Bizkaia, abierto al tráfico entre Bilbao y
Durango en 1882, promovió nuevos proyectos en vía métrica con el
propósito de comunicar las principales poblaciones y comarcas con
Bilbao. En 1886 se prolongó la vía de Durango a Zaldibar, en 1887 entró
en servicio el ferrocarril de Bilbao a Las Arenas y en 1887 la traza
ferroviaria se amplió entre Zaldibar y Eibar.
"Desde
Gernika --han indicado-- pronto se planteó la posibilidad de construir
un tren que permitiese la conexión con la línea de Bilbao a Durango en
Amorebieta". Los primeros estudios al respecto se remontan al 22 de
marzo de 1882, fecha en la que se autorizó a Francisco Rispa y Zornoza
la realización de los estudios pertinentes.
Rispa
transfirió todos sus derechos al arquitecto Luis de Landecho y Urries,
quien, tras superar los requisitos, fue autorizado por Decreto Ley del
20 de febrero de 1885 para "la construcción, sin subvención directa del
Estado, de un ferrocarril económico que partiendo en Amorebieta termine
en Gernika-Luno".
Una vez obtenida la concesión, el
17 de julio de 1885 se constituyó la compañía del ferrocarril de este
trazado con un capital social de 1.250.000 pesetas, repartido en 2.500
acciones. Entre los principales accionistas se encontraba el propio
concesionario, Luis de Landecho, acompañado por personajes como el
Marqués de Urquijo, el Conde de Montefuerte, Manuel Allende Salazar,
Antonio Comyn y Crooke, Fernando Landecho y Urries, Manuel Mª Gortazar,
Gabriel Mª de Ibarra, Pedro de Gandarias, Luis de Zubiría o Ramón Bergé.
Constituida la empresa explotadora, se emprendieron
los trabajos de construcción de la nueva vía, dirigidos por el
ingeniero Pablo de Alzola y con la participación del propio Luis de
Landecho en la redacción de los proyectos de las estaciones.
Aunque en aquella época se produjo un debate sobre los anchos de vía,
"ante la evidencia de que la nueva línea debería empalmar forzosamente
en Amorebieta con la de Bilbao a Durango, ya establecida en vía métrica,
no cabía otra opción que mantener este ancho de vía". Sin embargo, la
traza se proyectó, "al menos en teoría", con el gálibo suficiente para
la hipotética transformación de la galga en un futuro.
El 23 de julio de 1888 pudo circular el primer tren de pruebas entre
las estaciones de Amorebieta y Gernika. Pocas semanas más tarde, el 13
de agosto, se inauguró el nuevo ferrocarril.
AMPLIACIÓN DEL TRAZADO
Su éxito animó a sus promotores a ampliar el trazado hacia el puerto
pesquero de Bermeo y el 15 de marzo de 1893 llegaron los primeros trenes
a la estación de Pedernales (en la actualidad, Busturia-Itxasbegi). Sin
embargo, la prolongación hasta Bermeo presentaba importantes
dificultades orográficas, por lo que se estableció "un modesto tranvía,
impulsado mediante mulas, el entonces denominado 'motor de sangre'", que
prestó servicio en este trayecto hasta el año 1918.
La conclusión de la línea hasta Bermeo tuvo lugar el 16 de agosto de
1955. El tramo final desde Sukarrieta fue construido por diversas
empresas, entre ellas Banús Hermanos S.A., "compañía que mantenía
estrechas relaciones con el régimen franquista hasta el punto de poner
éste a su disposición un Destacamento Penitenciario establecido al
efecto en el paraje de Barna (Bermeo), lo que les permitió disponer de
la mano de obra barata que proporcionaban los presos, comunes y
políticos, que ahí cumplían condena".
Aunque el tren
inaugural de la prolongación a Bermeo fue remolcado por una locomotora
diesel suministrada por la firma francesa Alsthom, de una serie de la
que una de sus unidades puede contemplarse en el Museo del Ferrocarril
de Azpeitia, durante unos años más se mantuvo la tracción vapor en la
línea. A lo largo de los años sesenta, las locomotoras de vapor fueron
progresivamente reemplazadas por locomotoras y automotores diesel y en
1973 se electrificó el servicio.
Desde su
transferencia en 1979 al Gobierno vasco, la línea ha sido sometida a "un
continuo proceso de modernización y mejora", de la mano de las
sociedades públicas EuskoTren y ETS-RFV.