Greenpeace, entre otras catorce entidades defensoras de la movilidad sostenible del mundo ecologista y sindical presentó ayer el documento “Más viajes en tren, menos emisiones” cuyo objeto es el de proponer una estrategia, a modo de programa de acción, para conseguir que España se dote de un verdadero plan de servicios ferroviarios con el objetivo de doblar el número de viajes en tren en esta década. En los últimos años, con un gran esfuerzo inversor, se ha construido en nuestro país mucha infraestructura nueva, la red de alta velocidad, 3.400 km, la mayoría en doble vía electrificada apta para velocidades muy altas, configurándose como la red más vasta de Europa en este segmento. Pero la mayoría de sus secciones adolecen de un pobre servicio. Como se muestra en el documento, España es uno de los países con menor densidad de circulación de trenes por km de vía, con el dato, que además agrava la comparación, de que la red ferroviaria española es de muy buena calidad. Una buena frase que resume la situación puede ser: “en España no sobran vías, sino que faltan trenes”.
 
Multiplicar la oferta en diferentes segmentos de servicios para conseguir que la ciudadanía tome el hábito de usar el tren, no sólo en los ferrocarriles urbanos o suburbanos de grandes ciudades como Madrid y Barcelona, sino en el resto de ciudades y territorios, y conseguir que satisfagan sus necesidades de movilidad fuera de la ciudad con el uso del ferrocarril, además de un objetivo necesario, es un propósito totalmente viable. El ferrocarril, que en España está electrificado en la inmensa mayor parte de su oferta de viajeros, proporciona un transporte de gran capacidad, con muy buenas condiciones de precio y confortabilidad, con emisiones cero, con una energía que es independiente del petróleo y de su costoso sistema de importación, de bajo consumo energético -el 10% de un coche, el 30% de un autobús- y también con casi cero accidentes. 

En el documento, se subraya la gran contribución del ferrocarril a la equidad social, ya que España la mitad de la población, por diversas razones, no tiene acceso al uso del coche. Pero toda la población, la que tiene acceso al coche y la que no, puede subirse a un tren.

El documento formula una propuesta de servicios que es posible prestar sobre la infraestructura ferroviaria actual. No es necesario construir nuevas infraestructuras, sólo debemos conseguir que funcionen mejor.

La propuesta que se formula se cimienta en doce ideas principales 

  1. Un plan de servicios ferroviarios basado en la cadencia y la correspondencia en los nodos principales con toda la red regional.
  2. Una nueva gobernanza ferroviaria que permita a las CCAA que lo deseen asumir la competencia de planificación del servicio ferroviario regional y de cercanías.
  3. La plena integración de los servicios de cercanías de Renfe con los servicios regionales de la CCAA, constituyendo una única red, sobre cualquiera de los anchos, estándar, métrico o ibérico.
  4. Conseguir la plena intermodalidad de cercanías de Renfe con los servicios urbanos de transporte público, es decir, con tranvía, metro o autobús. Cada estación de una ciudad debe configurarse como una instalación que tiene sus puertas permanentemente abiertas a todas las personas viajeras que accedan en cualquier modo de transporte sostenible.
  5. Integrar completamente la bicicleta en el uso del ferrocarril a partir de la consideración que la bicicleta como aliada. Debido a ello, las estaciones deben dotarse de amplios aparcamientos de bicicleta, de 500, 1.000 o 2.000 plazas según tamaño poblacional, diseñando un adecuado programa de Park&Ride para las dos ruedas, así como la posibilidad de viajar en el tren con la bicicleta sin haber de cumplir complicados requerimientos. Se solicita reducir los aparcamientos de coches al mínimo para cubrir las necesidades de PMR (personas con movilidad reducida), emergencias, etc.
  6. Se propone un nuevo sistema de tarifas para todas las operadoras en toda España inspirado en el modelo suizo, que se basa en la potenciación de los abonos anuales, trimestrales o mensuales de transporte. Estos abonos servirán para acceder al transporte en cualquier ciudad española y a cualquier red interurbana de ferrocarril o autobús.
  7. Se marcan unos mínimos de calidad de servicio consistentes en que cualquier estación de la red ferroviaria en España contará al menos con una oferta de cuatro viajes diarios por sentido. También se apuesta por la creación de una red de servicios cadenciados por ferrocarril con Francia.
  8. Compra de trenes. Doblar la demanda, como pretende este documento, debe llevar a doblar la oferta de trenes.
  9. Aunque no sea el tema central del documento, también se proponen algunas actuaciones sobre la infraestructura, como un plan para electrificar en 2030 la totalidad de la red estatal y Feve o, alternativamente, substitución de material móvil por trenes con pila de hidrógeno verde en las vías no electrificadas sobre las de menor tráfico de viajeros. Continuar con la construcción de apartaderos de 750 m. para trenes de mercancías en las vías únicas porque aumenta de una forma general la capacidad en este tipo de líneas.
  10. Se propone así mismo que Renfe y otras operadoras emprendan un proyecto de contratación de personal para apoyar en tareas complementarias y para luchar contra la sensación de desamparo que a menudo tienen las personas viajeras. Este programa especial de contratación debería apoyarse en personas que cobran algún tipo de subsidio y que las operadoras completarían hasta conformar un sueldo digno. El potencial de crear miles de empleos con estrategias de inserción social es muy importante.
  11. Para conseguir que el ferrocarril en nuestro país pase a ser un producto de uso normal para la población, también se precisa que Renfe y Adif practiquen una política de puertas abiertas y que dialoguen regularmente con su entorno, como las hacen las empresas ferroviarias de nuestros países vecinos.
  12. Se propone que Renfe revise su enfoque institucional y cambie la forma en que se presenta ante la sociedad. Debe hacerlo como una empresa que proporciona servicios de transporte 100% sostenibles. Además, debe alinearse con la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con la reducción de emisiones acordada en París y debe explicar, desde el inicio de su hilo narrativo, que su trabajo está íntimamente relacionado con estos objetivos, que son los del Gobierno español y los de la Unión Europea.
  13. Por último, pero no menos importante, el sector del transporte ferroviario tiene una amplia brecha de género que requiere medidas de acción transversal con estrategias como la utilización de lenguaje inclusivo, la recopilación y el análisis de datos atendiendo al sesgo de sexo para detectar y visibilizar posibles barreras, así como la incorporación y promoción de profesionales desde una perspectiva de género interseccional, que garantice la diversidad.