En calzoncillos en el metro de Londres
El británico Mungo Strachan viaja en gayumbos en el 'tube' en protesta por la falta de aire en el medio de transporte londinense.
La centralita de Apollo Solutions, en la City de Londres, está al borde del colapso. Todo el mundo quiere hablar con Mungo, el de los "gayumbos", que hasta ahora ejercía discretamente como "caza talentos", pero que siempre tuvo una inconfensable propensión a la "conducta escandalosa", alimentada por sus años como agresivo jugador de rugby y devoto de la cerveza (lo que aquí se conoce como "rugger bugger").
"Es cierto que encajo en el estereotipo y que suelo acabar en calzoncillos en la bodas y en los bares en cuanto estoy bajo los efectos de alcohol", reconoce el escocés Mungo Strachan. "Pero en esta ocasión lo hago por una razón de peso: la falta de aire acondicionado en el metro de Londres".
Mungo se ha convertido en el último héroe local gracias a sus subidas y bajadas del metro en su "boxers" floridos, seguido a todas las horas por el Evening Standard, que le ha inmortalizado con el hashtag #Naked-Commuter.
Todas las mañanas, puntualmente, el intrépido escocés se planta en los
andenes de West Kensington con su mochila de trabajo, en calzoncillos y
en chanclas, rumbo a la estación de Monument.
El singular acto de protesta arrancó la semana pasada
con el subidón de las temperaturas, que sobrepasaron los 28 grados, y
se prolongará en principio hasta nuevo aviso y aunque llueva. Durante su trayecto, Mungo el de los "gayumbos" recoge sonrisas de complicidad y muestras de solidaridad y simpatía, como las que todos los días llegan a su cuenta de Twitter.
Temperaturas de 34,2 grados
El año pasado, durante una mini-ola de calor, se registraron en los
vagones de la línea Central temperaturas de 34,2 grados sin una brizna
de aire. La Autoridad de Transporte de Londres asegura que está haciendo todo lo posible por modernizar la flota y adaptar los vagones a los tiempos del cambio climático. Pero al ritmo actual el aire acondicionado llegará tan sólo al 40% de los vagones del metro de Londres, incluida la línea District, en la que viaja a diario Mungo Strachan.
El "caza talentos" escocés ya había saltado a los titulares de la prensa local como joven promesa del rugby,
cuando jugaba con la Universidad de Newcastle. Antes de su salto a
Londres, donde juega con el Rosslyn Park, le llegaron ofertas como
semiprofesional, tentado de seguir los pasos del marido de Zara
Phillips, Mike Tindall, otro con una peligrosa tendencia al escándalo.
Las miradas de las chicas
"A mi novia le pareció hilarante que bajara al metro en calzoncillos diseñados por ella, pero
ahora no le divierte ya tanto", reconoce el pasajero más notorio de
Londres. "La otra noche me dijo: "Mungo, estás perdiendo un poco el
control de tu vida. Además ¿tengo que preocuparme a estas alturas de que
te miren otras chicas?".
Su jefe en Apollo Solutions le ha dado ya una advertencia. Y eso que
antes de subir a la oficina se pone el traje, que viaja con él en una
bolsa antiarrugas, y se lo pone sin más como si nada hubiera pasado por
el camino.
Su última meta es que el alcalde Boris Johnson tome y acelere la
implantación del aire acondicionado, por el bien de los tres millones de
usuarios que a diario se sumergen en las estrecheces del "tubo" de
Londres... "Me encantaría que bajara conmigo y se sumara al striptease: él y yo, mano a mano. Es un buen tipo: creo que se atrevería".
fuente
El Mundo