UN SINGULAR TRANVÍA TODAVÍA RECORDADO POR LOS CASTELLONENSES
La infraestructura resultó vital tanto para el transporte de viajeros como para exportar los cítricos y azulejos . Mañana se cumplen cinco décadas del cierre del tren a vapor que comunicaba el Grao de Castellón y Onda
El
último viaje de la Panderola cumple mañana 50 años. El entrañable tren a
vapor que comunicaba el Grao de Castellón con Onda, cinco décadas
después todavía permanece en la memoria colectiva de los castellonenses.
Incluso, aquellos que no la llegaron a conocer, sienten como propio un
trenet que fue como “un juguete” para la capital de la provincia y para
los pueblos por donde circulaba.
Y es que a lo largo de los 75 años en los que prestó servicio este singular medio de transporte no solamente fue efectivo, “con puntualidad meridiana”, y funcional para la época, como recuerdan algunos de los que tuvieron la fortuna de conocer y vivir in situ aquel medio de transporte, sino que su existencia “está repleta de anécdotas, vivencias y sensaciones”, como indica Juan Peris Torner, autor del libro El tranvía de vapor de Onda al Grao de Castellón y miembro de la Asociación de Amigos del Ferrocarril.
Peris Torner nos sitúa en el origen de la Panderola, “una línea de tranvía concedida por la Real Orden de 20 de mayo de 1885 como tranvía a vapor, de 750 milímetros de ancho, sin subvención por el Estado y con autorización para ocupar vías de titularidad pública”. “El concesionario de la línea, José Puig de la Bellacasa, transfirió la gestión de la línea a la compañía del tranvía a vapor de Onda al Grao de Castellón de la Plana en 1887”, indica.
Así, el 13 de agosto de 1888 entraba en servicio la sección entre Castellón y el Grao; el 31 de octubre de 1889, el enlace entre Castellón y Vila-real; el 17 de abril de 1890, el tramo Vila-real-Onda; y el 20 de julio de 1911, entre el Grao de Castellón y la escollera de Levante del Puerto.
Fue una infraestructura que “resultó vital para la época, porque sirvió de instrumento para el transporte de cítricos hasta el puerto y su embarque para la exportación, así como para la incipiente industria azulejera”, destaca Peris.
UNA FIESTA // Pero, sobre todo, y así lo recuerdan muchos de los testimonios, viajar en la Panderola “era siempre una fiesta: las pescaderas transportaban hasta Onda su pescado, la gente subía sus bicicletas y en verano el tren se llenaba hasta la bandera de gente que iba a la playa”.
Pero el tren dejó de funcionar el 31 de agosto de 1963, “por la competencia de los trolebuses y primordialmente del autobús”. “El Consejo de Ministros decide el cierre de la línea, según la orden del 23 de julio de 1963, comunicada al público el 8 de agosto y puesta en práctica ese 31 de agosto”, concreta Peris Torner.
Un cierre que fue vivido con auténtica expectación. Cuentan las crónicas de la época que “el gentío se agolpaba en las calles al paso de la Panderola para darle su último adíós: en Vila-real, en Almassora, en Castellón, haciendo sonar los cláxones de los automóviles y disparando tracas”.
fuente http://www.elperiodicomediterraneo.com
Y es que a lo largo de los 75 años en los que prestó servicio este singular medio de transporte no solamente fue efectivo, “con puntualidad meridiana”, y funcional para la época, como recuerdan algunos de los que tuvieron la fortuna de conocer y vivir in situ aquel medio de transporte, sino que su existencia “está repleta de anécdotas, vivencias y sensaciones”, como indica Juan Peris Torner, autor del libro El tranvía de vapor de Onda al Grao de Castellón y miembro de la Asociación de Amigos del Ferrocarril.
Peris Torner nos sitúa en el origen de la Panderola, “una línea de tranvía concedida por la Real Orden de 20 de mayo de 1885 como tranvía a vapor, de 750 milímetros de ancho, sin subvención por el Estado y con autorización para ocupar vías de titularidad pública”. “El concesionario de la línea, José Puig de la Bellacasa, transfirió la gestión de la línea a la compañía del tranvía a vapor de Onda al Grao de Castellón de la Plana en 1887”, indica.
Así, el 13 de agosto de 1888 entraba en servicio la sección entre Castellón y el Grao; el 31 de octubre de 1889, el enlace entre Castellón y Vila-real; el 17 de abril de 1890, el tramo Vila-real-Onda; y el 20 de julio de 1911, entre el Grao de Castellón y la escollera de Levante del Puerto.
Fue una infraestructura que “resultó vital para la época, porque sirvió de instrumento para el transporte de cítricos hasta el puerto y su embarque para la exportación, así como para la incipiente industria azulejera”, destaca Peris.
UNA FIESTA // Pero, sobre todo, y así lo recuerdan muchos de los testimonios, viajar en la Panderola “era siempre una fiesta: las pescaderas transportaban hasta Onda su pescado, la gente subía sus bicicletas y en verano el tren se llenaba hasta la bandera de gente que iba a la playa”.
Pero el tren dejó de funcionar el 31 de agosto de 1963, “por la competencia de los trolebuses y primordialmente del autobús”. “El Consejo de Ministros decide el cierre de la línea, según la orden del 23 de julio de 1963, comunicada al público el 8 de agosto y puesta en práctica ese 31 de agosto”, concreta Peris Torner.
Un cierre que fue vivido con auténtica expectación. Cuentan las crónicas de la época que “el gentío se agolpaba en las calles al paso de la Panderola para darle su último adíós: en Vila-real, en Almassora, en Castellón, haciendo sonar los cláxones de los automóviles y disparando tracas”.
fuente http://www.elperiodicomediterraneo.com