Repsol cierra las instalaciones de Aboño que suministran gas por ferrocarril
Los sindicatos denuncian que la clausura del apartadero ferroviario obliga a transportar el combustible por carretera 
             
              
 Repsol Butano clausuró ayer las instalaciones de 
Aboño que desde hace casi cincuenta años utilizaba para suministrar gas a
 las factorías de la meseta a través del ferrocarril, según fuentes 
sindicales. Se trata del apartadero ferroviario desde el que la compañía
 cargaba el gas proveniente de los depósitos de la Campa de Torres en 
vagones cisterna. Desde hace varias semanas no hay prácticamente 
actividad en la instalación industrial de Aboño, pero ayer la salida de 
los guardas de seguridad oficializó la clausura. 
Las instalaciones de Gijón constituyen la única 
factoría nodriza del país que, además de suministrar gas a los clientes 
domésticos a través del envasado de botellas también suministra producto
 a otras factorías que no tienen una refinería próxima. Hasta ahora les 
suministraba regularmente el producto que llegaba por buques a El Musel y
 que se almacena en los depósitos de la Campa Torres. Por este motivo, 
la de Gijón es la única factoría de España que tiene un punto descarga 
propio, en El Musel. Para almacenar el gas, recibido por buque, Repsol 
tiene en la Campa una capacidad de almacenamiento de 65.000 metros 
cúbicos, el más grande que tiene Repsol Butano en todo el país. 
Fitag-UGT y USO denunciaron ayer el cierre de las 
instalaciones ferroviarias de Repsol en Aboño y advirtieron de que puede
 ser un indicativo de otras previsiones de la compañía para las 
instalaciones de la Campa. Desde Gijón se suministra el gas a los 
clientes de granel (tanques) y envasado (botellas) y en pequeños barcos 
de cabotaje para las factorías de la costa (Coruña y Santurce) 
principalmente. Hasta ahora, se utilizaba el ferrocarril para 
suministrar a la meseta.
En estos momentos, el apartadero ferroviario de 
Repsol en Aboño esta segregado físicamente de la factoría de la Campa y 
todas sus instalaciones, incluidos los dos tanques de 213 metros cúbicos
 cada uno, están presurizadas con nitrógeno. Además de las instalaciones
 de gas también hay contadores, oficinas, talleres, vestuarios y un 
cuadro eléctrico. Los sindicatos denunciaron que desde ayer, en que se 
prescindió de los guardas de seguridad, «todas estas instalaciones, que 
en gran parte están en terrenos de concesión de la Autoridad Portuaria, 
quedarán totalmente expuestas a los ladrones y vándalos. El peligro que 
se va a generar es grande por el riesgo de que se pueda acceder a unas 
instalaciones presurizadas con nitrógeno y a un transformador eléctrico 
que estará totalmente abandonado».
Según el coordinador de Fitag-UGT en Repsol, 
Jenaro Prendes, la única razón que la empresa ha dado, para tomar esta 
decisión de cierre del apartadero ferroviario ha sido, el ahorro de los 
vigilantes jurados, necesarios para vigilar estas instalaciones, que 
suponen un gasto de 200.000 euros euros al año». Según explicó, «a una 
empresa como Repsol que declara miles de millones de beneficios todos 
los años y dice tener unos procesos productivos sostenibles, no parece 
importarle destruir empleos y contaminar el medioambiente con el CO2 de 
sus camiones para ahorrarse estos 200.000 euros al año». El secretario 
local de USO en Gijón, José Luis Llera, denunció la pérdida de puestos 
de trabajo que supone este cierre, pero también el indicó que esta 
bajada de actividad «debe ponernos en guardia sobre el futuro que le 
espera a la factoría de Repsol en Gijón».
Los sindicatos denunciaron también el efecto 
medioambiental de una medida de este tipo supone. «Lo que está haciendo 
Repsol es prescindir de un medio de transporte no contaminante como es 
el ferrocarril», indicaron.
Una composición ferroviaria de las que trabajaban 
en esta instalación consta de 6 vagones cisterna que transportan una 
media de 40.000 kilos cada uno, o sea 240.000 kilos, mientras que una 
cisterna de carretera puede transportar unos 20.000 kilos. «Por lo 
tanto, según señalaron, por cada composición de ferrocarril que no sale 
desde el apartadero ferroviario, Repsol pone en la carretera 12 camiones
 con mercancías peligrosas, con el puerto de Pajares por el medio».