"La cuenta en Twitter de Metro de Madrid no aguantó nuestras quejas ni una hora antes de bloquearnos"
La lucha está en la calle... y debajo de
ella, e incluso en las redes sociales. La cuenta Sufridores del Metro
suma más de 22.000 mensajes de denuncia de los recortes de horarios, el
cierre de bocas de metro y el deterioro general de este servicio de
transporte público.
El uso de dispositivos móviles y el apogeo de las redes sociales ha
sido fundamental para el nacimiento de Sufridores del Metro, una cuenta
de Twitter que desde otoño de 2013 difunde aquello con que se topan cada
día las decenas de miles de personas que viajan en este medio de
transporte público. Fotos de escaleras sin reparar, de tiempos de espera
insólitos a todas las horas del día, de goteras o de trenes atestados
componen el "collage" con el que cada día estos sufridores denuncian el
deterioro de un servicio público que sirve --aunque no haga falta
recordarlo-- para trasladar a las personas trabajadoras cada día...
previo pago de un billete que, en casos como el del bono de 10 viajes,
ha subido hasta un 110% en ocho años. Hacemos esta esta entrevista por
correo electrónico ya que, según Sufridores, se trata de un proyecto que
funciona "como un coro" y, según la persona que nos atiende, "lo de
menos es quien hace retuit".
Cuándo surge Sufridores del Metro, ¿qué os planteabais con la cuenta de Twitter?
Esta cuenta fue el resultado de un enfado personal al comprobar cómo
la cuenta en Twitter de Metro de Madrid había bloqueado a una usuaria
que con frecuencia pedía explicaciones y transmitía quejas sobre el
estado del servicio. A medida que la cuenta fue creciendo pretendió ser
altavoz de los usuarios que a diario comprueban cómo los recortes en
Metro de Madrid afectan a sus vidas y enseñar a los gestores de Metro
que no es tan fácil silenciar a la gente como por lo visto les gustaría.
En este sentido agradecemos muchísimo la labor de todas las personas
que nos escriben diariamente a través de Twitter, de la prensa que se ha
interesado por las desventuras de los usuarios y de los propios
trabajadores de Metro que también han contribuido con sus comentarios
al gran coro de voces que es Sufridores de Metro y nos han
ofrecido información y ánimo porque aunque ellos llevan denunciando los
recortes desde hace años no todos hemos sabido o querido escucharles.
No nos esperábamos la evolución que esta iniciativa tendría. Cuánto
más atención prestábamos al tema, más quejas y comentarios recibíamos,
más leíamos sobre la situación de Metro de Madrid en la prensa en el
presente y en el pasado
y más directamente observábamos el deterioro con nuestros propios ojos
más claro veíamos que no se trata ni más ni menos que del deterioro y
usurpación progresiva de un servicio público más.
¿Recibís comunicación por parte de Metro o el Consorcio respecto a
alguna de las quejas? ¿Son útiles esas comunicaciones? es decir, ¿sirven
para reparar el problema?
La cuenta oficial en Twitter de Metro de Madrid no aguantó nuestras
quejas ni una hora antes de bloquearnos. Luego empezamos a seguir a
algunos de sus responsables, como el consejero delegado Ignacio González
Velayos o Salvador Victoria, consejero y portavoz de la Comunidad de
Madrid, con parecido resultado: nos bloquearon.
Al ver que no escuchaban pusimos reclamaciones oficiales tanto al Consorcio de Transportes como a Metro de Madrid. En
el primer caso aún no hemos obtenido ninguna respuesta. Metro nos ha
contestado con respuestas tipo que ofrecen disculpas y justifican la
situación con vaguedades pero nuestro día a día sigue igual: han
reducido las frecuencias de los trenes aumentando tanto el tiempo de
espera como la duración de los trayectos de forma que para muchos
ciudadanos Metro ha dejado de ser una forma de transporte eficaz.
El hacinamiento y el calor sofocante son también una constante. Las
averías y los retrasos que éstas generan son cada vez más frecuentes; la
limpieza y el mantenimiento de las instalaciones es deficiente; en
demasiadas ocasiones no hay personal suficiente para atender en las
taquillas; las escaleras mecánicas y ascensores también están
frecuentemente averiadas y tardan mucho en repararse…
Al mismo tiempo a los usuarios se nos somete a un acoso publicitario injustificable
y a un adoctrinamiento televisivo sonrojante por lo burdo y lo
descaradamente afín a las políticas del gobierno de la Comunidad de
Madrid con la excusa de lograr ingresos extra que “repercuten en la
calidad del servicio” cuando todos vemos que no es así.
Sin embargo insistimos en animar a los usuarios de Metro a poner reclamaciones. El informe anual de la empresa
publica el número de reclamaciones recibidas y aunque son muy opacos
con el tema y ofrecen su propio y manido análisis los sindicatos y la
prensa sí pueden utilizar esos datos de forma que sea imposible ocultar
el descontento de los ciudadanos con estos recortes antisociales y unas
políticas cada vez más en la lógica neoliberal y menos de servicio
público.
La mayoría de las reclamaciones se refieren a un deterioro del
servicio, ¿cómo se entiende cuando los precios de los billetes han
aumentado de forma espectacular desde la última legislatura municipal y
autonómica?
Estamos convencidos que se debe a los recortes presupuestarios y que
estos se relacionan con los recortes que afectan hoy a la mayoría de los
servicios públicos pero especialmente a la enorme deuda, el Consejero Delegado reconoce 500 millones de euros, que
la empresa pública Metro de Madrid --que hace solo unos años dilapidaba
millones y millones en obras faraónicas no siempre necesarias,
publicidad institucional que acababa en los bolsillos de empresas amigas
etc.-- tiene actualmente y que tratan de reducir a toda costa.
Es decir, los recortes son el resultado directo de su pésima gestión,
de políticas poco éticas o directamente de la corrupción y éstas son el
resultado de haber utilizado Metro como un arma electoral más que como
un servicio público eficaz y sostenible.
Las subidas de tarifas también se enmarcan en la concepción
neoliberal de la realidad que maneja el Partido Popular: si quieres un
servicio lo pagas. Como con la Sanidad y la Educación se nos
recuerda constantemente lo que las administraciones aportan y lo que
aporta el usuario como si el dinero de la administración no saliera
directamente de nuestros impuestos, como si fuera una dádiva.
Pero mientras tanto los directivos de Metro que son nombrados a dedo por
el gobierno regional mantienen sus sueldazos, y se siguen haciendo
contratos millonarios con empresas privadas que obtienen jugosos réditos
(seguridad, leasing de trenes, limpieza, operadores, constructoras
etc).
Un ejemplo es que mientras en los barrios nos han cerrado bocas de
Metro de toda la vida “para ahorrar” porque según ellos “ha descendido
el número de viajeros” y “no hay demanda”, se ha aumentado la
dotación económica para las operadoras privadas de Metro, que son
empresas que gestionan Metro Ligero, el tranvía de Parla o el tren de
Arganda cuyo número de usuarios también ha descendido pero
cuyas arcas reciben más dinero público para asegurar beneficios privados
mientras todos los demás soportamos recortes.
Es tremendo comprobar cómo el negocio de unos pocos se antepone al
bienestar de todos sin que quienes mandan se despeinen y sin que los
ciudadanos aparentemente hagamos gran cosa al respecto.
Por otro lado, además de imponer recortes que afectan claramente a la
calidad del servicio y que repercuten en el bolsillo y en hasta en la
propia seguridad del usuario también han maltratado a los trabajadores
con bajadas salariales y un ERE que ha afectado a casi 700 de los
empleados de la empresa. Paralelamente se está expoliando el
patrimonio de Metro malvendiendo terrenos para operaciones inmobiliarias
que no repercutirán en dotaciones para la ciudad sino a la
construcción de más viviendas de lujo y centros comerciales. Exactamente
el mismo modelo que nos ha traído hasta donde estamos. Es la pescadilla
que se muerde la cola pero que nos engulle a nosotros por el camino.
En el caso de los descarrilamientos de la última semana de febrero,
Metro ha abierto investigación pero no ha comunicado nada al respecto
¿creéis la participación ciudadana ha servido para denunciar un caso
que, de otro modo, se hubiera tapado?
Estamos convencidos de que es así. Un trabajador de Metro de
Madrid que seguramente se está jugando el puesto por hacerlo nos envió
fotografías y vídeos de ambos descarrilamientos casi al momento de
producirse. Sin su colaboración, nuestra difusión y sin que los
usuarios de Twitter se hubiesen hecho tanto eco del tema seguramente la
prensa digamos seria u oficial no se habría animado a investigar y
muchos madrileños no hubiesen conocido esta situación. La prueba es que
los trabajadores de Metro han denunciado estas situaciones a través de
sus sindicatos desde hace tiempo y lamentablemente usuarios y la
ciudadanía en general no las hemos conocido hasta ahora.
A los trabajadores de Metro se les ha demonizado y se ha intentado poner a la ciudadanía contra ellos por defender sus legítimos derechos laborales pero
nosotros queremos reconocer y agradecer su labor diaria y decirles que
usuarios y trabajadores necesitamos apoyarnos y luchar juntos por los
servicios públicos que son de todos.
La verdad es que estamos satisfechos de la labor de difusión que
estamos haciendo en Twitter y agradecidos a los trabajadores de Metro,
los sindicalistas que han dado la cara y los periodistas que se han
interesado por su versión de los hechos y la han dado a conocer.
Extrañamente (o no tanto) ni una sola televisión se ha hecho eco de algo
tan grave.
Por último, Metro de Madrid tiene una cuenta de Twitter, igual que
vosotros. ¿Cómo consideráis que gestionan las cuestiones que plantean
los “sufridores de metro”?
Metro de Madrid tiene una cuenta institucional que desarrolla una labor más propagandística que de verdadera comunicación. Más
que informar y tratar de colaborar con los usuarios en la localización y
resolución de problemas se limita a negarlos, tratar de justificarlos o
bien a decir que toman nota para su resolución, cosa que jamás ocurre.
En un medio como Twitter esta política de comunicación es absolutamente
insostenible y es a la vez triste y divertido comprobar cómo se les
vuelve en contra. Si de algo está cansada la gente es de que la mientan.
fuente
Diagonal Global