Fomento desmantela los talleres de Renfe y se los lleva a Málaga
El Ministerio moverá a 25 familias alegando que el centro granadino "es deficitario"
A. González Vera
granada
| Actualizado 15.05.2013
"Parece
como si alguien quisiera levantar las vías del tren de Granada y
llevárselas". A Salvador Molina, responsable ferroviario de UGT no le
extraña la decisión de Fomento de trasladar a Málaga el centro de
reparación de componentes de Renfe (los conocidos talleres) ubicado en
Villarejo. Dice que cada vez que se le echa un vistazo al mapa de
infraestructuras de Andalucía, las dificultades siempre aparecen en
Granada y cree que con esta nueva decisión no se hace mas que corroborar
el escaso interés que tiene el Gobierno de España en apostar por el
tren en Granada.
Ahora, 25 familias tendrán que mudarse a Málaga alegando que el
centro de Granada es "deficitario". La decisión supone un duro golpe a
la plantilla de Renfe en Granada (formada por 114 personas) que perderá
casi al 25% de sus efectivos.
Los problemas para los trabajadores de los talleres de Renfe
comenzaron en el año 2011. El nuevo plan de viabilidad de la empresa
obligó a modificar el trabajo que se venía haciendo, centrado hasta ese
momento principalmente en la reparación de locomotoras. La conservación
de los trenes recayó sobre las empresas constructoras de los nuevos
ferrocarriles, así que los trabajadores de Granada optaron por formarse
como especialistas en reparación de componentes. Teniendo en cuenta que
con la llegada de las máquinas de Alta Velocidad los trenes pasarían de
largo y no sería necesario repararlos en Granada, los empleados
consideraron que esta reconversión les aseguraría su futuro.
Poco a poco Granada fue perdiendo jefaturas, representantes de
Renfe, técnicos en operaciones, en puestos de mando e incluso las
infraestructuras propias de la media distancia. Todo se fue a Málaga.
Salvador Molina no entiende por qué ese traslado a Málaga. "En
Granada se reparan piezas procedentes de toda España, no solo de
Granada, así que los trabajadores pueden ejercer igual su tarea aquí que
en Málaga", apunta.
Ayer, la Comisión de Fomento, corroboró lo que los trabajadores
venían temiendo y rechazó la moción del grupo socialista en la que se
pedía instar al Gobierno a defender el empleo en el centro de reparación
de componentes. El senador socialista, Juan Manuel Fernández, fue el
encargado de defender esta iniciativa. Fernández dijo no entender la
decisión de trasladar los centros de Granada y Almería y "vaciar
completamente la zona".
"El centro ya había acometido la adecuación de sus instalaciones
y los trabajadores habían realizado un esfuerzo de reordenación de
horarios y reducción salarial, por lo que no se entiende la decisión de
abandonar el centro granadino", expuso.
Fernández lamentó que sean los centros de Granada y Almería los
únicos que se trasladarán a Málaga, mientras que los de otras provincias
se mantienen en ellas.
Por su parte, la senadora del PP Catalina García defendió que
con este tipo de decisiones el Ministerio de Fomento "vela para
posicionar a Renfe en un entorno competitivo" y rechazó apoyar la moción
socialista manteniendo que el centro de Granada es "deficitario".
"Es un golpe más a la maltrecha economía de Granada que en un
año ha visto aumentar su tasa de paro en un 29%. En Granada cuando
llegue el AVE no tendremos nada", manifestó el senador socialista.
La intervención de Fernández desveló otra preocupación: la que
atañe al futuro de la conexión Granada-Linares. El hecho de que esta
línea no haya sido considerada de obligación de servicio público la deja
fuera de la subvención estatal. El PP cree que si tan preocupado está
el PSOE por esta línea, la Junta debería participar en su subvención "y
cumplir así con la promesa que viene haciendo desde el año 94".
La senadora popular defendió que el hecho de que no haya sido
declarada de obligación de servicio público "no significa que se plantee
su supresión" y subrayó que Renfe ha seguido "trabajando" en la misma,
"con la mejora de horarios para aumentar la conectividad". "Fomento no
tiene previsto eliminar la conexión y trabaja para ofrecer mejores
servicios", añadió.
La cuestión no está tan clara para el socialista. Juan Manuel
Fernández, opina que el hecho de que la línea no esté considerada de
obligación de servicio público sí pone en riesgo su mantenimiento porque
Fomento propone para las conexiones que, como ésta, son de baja
eficiencia una reducción del 50% de las circulaciones. Actualmente hay
dos trenes que van a Linares y otros dos que vuelven, lo que supondría
dejar solo una línea. En España el nivel de ocupación de los trenes es
del 30-35%. La línea Granada-Linares tiene una media de 15,8% y Fomento
ya anunció que eliminaría las líneas que estuvieran por debajo del 15%
de ocupación.
"¿Qué tipo de conexión quedará con Granada si en lugar de
fortalecerla estamos obligando a la gente a que utilice el transporte
por carretera?", se preguntó el senador socialista, y apostó por mejorar
los horarios para favorecer su utilización en lugar de abocarla a la
eliminación.