El metro entra en precampaña
La Comunidad de Madrid anuncia mejoras e inversiones en el suburbano
tras cuatro años marcados por los recortes y las subidas de tarifas.
Los usuarios claman contra las deficiencias
“Felicidades a la escalera estropeada de la estación de metro de
Príncipe Pío. Cinco meses estropeada y que cumpla muchos más”. En menos
de 140 caracteres, el tuitero @josinho93 expresaba así su descontento
con el funcionamiento del metro de Madrid. La red está en el ojo del
huracán por el estricto e inmediato control que los usuarios de las
redes sociales hacen del servicio. La Comunidad ha anunciado en las
últimas semanas cambios significativos, como la mejora de frecuencias,
recortadas estos años hasta doblar el tiempo de espera por la noche, o
la reapertura de cuatro de los vestíbulos clausurados en agosto de 2012.
El Ejecutivo regional ha congelado las tarifas este año tras
incrementos reiterados en los tres anteriores. Apuesta por un aumento de
las inversiones en mantenimiento —con 26 millones durante el próximo
verano para mejorar los tramos de cinco líneas— y se felicita por un
incremento de la demanda que aún no reflejan las estadísticas oficiales.
Oposición, sindicatos y plataformas de usuarios denuncian que el metro
ha entrado en precampaña electoral tras años de “abandono”. La crisis
dejó sin fondos las arcas regionales y ahora la Comunidad planea nuevas
infraestructuras y fotos de familia cortando las cintas de una nueva
ampliación.La empresa pública del suburbano asegura que las cifras de
incidencias, por ejemplo, son mucho más bajas que en ejercicios
anteriores (un 40% de descenso entre 2008 y 2013) pero quienes bajan a
diario a recorrer la ciudad no lo ven así. “El usuario no es tonto, si
nota más averías es porque las hay”, dice un veterano responsable del
suburbano. “Con todos los recortes están echando al viajero del metro de
Madrid”, añade el diputado socialista José Manuel Franco.
Durante la última semana, EL PAÍS ha recopilado las quejas de los
usuarios y ha hablado con plataformas ciudadanas, sindicatos y políticos
para chequear el estado de la red. Tres redactores recorrieron a
distintas horas el pasado jueves las tres líneas con más usuarios (1, 5 y
6) para comprobar a pie de vagón si “el metro de Madrid vuela”, como
decía uno de sus eslóganes más conocidos. Este es el resultado del
examen al transporte urbano más importante de Madrid, con más de dos
millones diarios de usuarios.
Las averías. Cuatro horas sin servicio.
Los viajeros de la línea 5 que iban en dirección a Alameda de Osuna
el 27 de marzo tuvieron que salir, en tropel, al llegar a Ventas. A las
10.00, por un fallo técnico, centenares de usuarios se vieron obligados a
tomar un autobús que les llevara a su destino. El trayecto en metro les
había obligado a estar retenidos aproximadamente 10 minutos en cada
estación. Indignados, gritaban y se negaban a pagar el billete de
autobús. La avería duró más de cuatro horas.
¿Cuántas se producen al día? Metro de Madrid avisa en su cuenta de
twitter (@metro_madrid) de las incidencias en tiempo real. Un portavoz
explica que se consideran incidencias aquellas que paran el servicio más
de cinco minutos. No se ponen todas, añade, porque en ocasiones se
tarda más en anunciarlo que en solucionar el problema. En marzo publicó
32 incidencias en su cuenta, pero no ofrece estimaciones oficiales del
número diario, mensual o trimestral. Solo indica que los estándares de
Metro de Madrid le sitúan, según medidores internacionales, “en una
posición muy buena, alineada s con grandes redes”, entre las que cita
Londres, París o Nueva York. El PSOE señala que se han producido unas 52
averías con corte de servicio en el primer trimestre, citando fuentes
internas de Metro.
El presupuesto para mantenimiento creció hasta 260 millones en 2013 y
la plantilla para estos menesteres se ha mantenido casi intacta en los
últimos años, con 1.340 personas. Los sindicatos y fuentes internas de
Metro replican que se ha dejado de lado la compra de repuestos y la
atención al día a día de la red. “Son problemas en las catenarias, en
los torniquetes, en las diagonales…. Las vías están desgastadas, lo que
puede provocar descarrilamientos”, explica Ignacio Arribas (CC OO). “Es
una falta de mantenimiento general. Si hubieran invertido un poco antes,
no tendrían que gastar más dinero ahora”, añade Teodoro Piñuela (UGT).
El importe para repuestos descendió un millón de euros entre 2011 y 2012
hasta los 12,4 millones, según los últimos datos oficiales disponibles.
Las escaleras mecánicas. Paso a paso con muletas.
El hombre baja despacio las escaleras normales de Príncipe Pío,
agarrado firmemente en el pasamanos mientras sujeta una bastón en la
otra. Las mecánicas están estropeadas. El pasado jueves, las estaciones
de Argüelles, Príncipe Pío, Avenida de América, Nuevos Ministerios o Sol
tenían al menos una escalera rota. Algunas pueden quedar semanas, hasta
meses, sin funcionar.
“¡Ole por esas escaleras mecánicas en Avenida de América hacia la
línea 7 que llevan dos semanas rotas!”, añadía @jrqueve en Twitter el
pasado miércoles. “¿Hasta cuándo las escaleras eléctricas de la estación
de Islas Filipinas estarán dañadas? ¡Hagan algo!”, pedía en su cuenta
@ariannavillegas ese mismo día.
Metro Madrid sostiene que el índice de escaleras en funcionamiento
(con una media del 98% de un total de 1.641) no ha bajado en los últimos
años. Hacen un recuento diario. Y, con la irrupción de las redes, los
usuarios también. Entre los grupos más activos está Sufridores del Metro
(@sufridoresMetro), nacido en Twitter. “Somos usuarios normales y
corrientes hartos de esta situación”, explica una de sus integrantes. El
ingeniero Luis Bou, que participa de esta plataforma, filtró todas las
quejas. Los datos recopilados en marzo coinciden básicamente con los de
Metro, pero hay un aspecto específico que llama la atención de su
recuento: Casi la mitad de todas las estaciones (49,15%) han tenido al
menos una escalera mecánica estropeada desde el 1 de marzo, bien unas
horas o bien días.
Las frecuencias. Esperando frente al panel vacío.
Son las 8.30 del jueves. Hora punta. La mayoría de los usuarios sale a
trabajar. El tiempo de espera en la estación de Ventas (línea 5) es de
solo tres minutos. Llega el tren. El tiempo coincide con el panel. Esa
noche, a las 23.00, la espera es otro cantar. En Suanzes el panel marca
17 minutos. Casi al mismo tiempo, en un desértico andén de Cuatro
Caminos (línea 6), el tiempo pasa sin que el panel indique nada hasta 10
minutos después, cuando solo quedan cuatro para que llegue el tren. Los
paneles no siempre avisan cuando la espera es larga, aunque Metro
asegura que “no le consta” esta falta de información.
“La gente se queja de la imprecisión de los paneles. Hemos
cronometrados minutos de 80 segundos”, explica la integrante de
Sufridores del Metro. “Los minutos de 150 segundos de Metro de Madrid
que emocionaron a Spielberg”, ironizaba la usuaria @Pipapulgarcita el
pasado miércoles. Al medir los tiempos de espera, este periódico detectó
el jueves retrasos de entre 30 segundos y un minuto y medio en la línea
5 en distintas franjas horarias. En el resto de mediciones tanto en
línea 1 como en la 6, los convoyes llegaron puntualmente.
Metro ajustó los horarios en 2012 hasta casi doblar el tiempo de
espera por la noche, cuando de media pasan trenes cada 15 minutos. Amagó
con adelantar el cierre del servicio, una idea recientemente desechada.
Según datos de UGT, se volvió a producir un ajuste de trenes en 2013
(que Metro niega) que ha supuesto una pérdida media de entre el 10 y el
20% de las frecuencias y ha afectado sobre todo a los trenes de la tarde
y la noche. Desde el pasado 28 de abril, por “una mayor demanda en
determinadas líneas y horas”, Metro anuncia que ha aumentado los trenes
de las líneas 1,5, 6 y 9 de 14.00 a 16.00. Y que ha puesto más trenes
los fines de semana. “Las tablas que establecen la dotación de trenes no
han variado, por lo que estamos hablando de refuerzos puntuales y no de
una verdadera mejora de la oferta”, se queja un miembro de
Ecomovilidad, un blog sobre transporte público que sigue al dedillo los
cambios. “Intentan paliar los recortes de los últimos años con anuncios y
cambios de color electoralista después de haber empeorado mucho las
frecuencias. Se lo sacan de la manga porque no tienen nada que ofrecer a
los ciudadanos”, añade José Manuel Franco desde el PSM.
El aforo y el aire. En el vagón con el abanico.
Jueves por la noche, línea 1. El aire acondicionado que tan bien
funcionaba a primera hora de la mañana ha sido desconectado. Las idas y
venidas de los pasajeros, su olor, incluso su sudor, parecen impregnarlo
todo. Paredes. Asientos. Barras. En el vagón apenas viajan 20 personas,
¿cómo es posible que huela tan mal y que haga tantísimo calor?
En la línea 5, es una cuestión de suerte. Cada tren tiene seis
vagones. En al menos tres de ellos, el aire acondicionado funciona mal.
En cualquier franja horaria. Cuando es hora punta y hay más viajeros,
sacar un abanico del bolso es la solución. Y esperar que el viaje
transcurra sin aglomeraciones. “Muchos usuarios se han quejado de que
desconocen cuál es el aforo máximo permitido en los trenes de metro”,
explican desde Sufridores de Metro. Preguntado a este respecto, el
portavoz de la empresa pública señala que “el estándar de los
fabricantes” establece como una ocupación aceptada “un máximo de seis
personas por metro cuadrado”.
fuente
El País ed. Madrid