18 enero 2014

Un tren que escondió muchas historias

El jefe de estación de Lekunberri, con su familia.Un siglo del Plazaola, un tren con historias

El domingo se cumplen 100 años del primer viaje del ferrocarril que comunicó durante cuatro décadas Pamplona con San Sebastián


LEKUNBERRI, NEREA MAZKIARAN - Viernes, 17 de Enero de 2014
ESTE próximo domingo se cumplen 100 años del primer viaje que hizo el antiguo ferrocarril del Plazaola entre Pamplona y San Sebastián. Durante cuatro décadas fue una ruta comercial y de comunicación entre Navarra y Gipuzkoa pero la dura competencia de los autobuses y las riadas de 1953 supusieron su final. No obstante, aquel tren sigue vivo como vía verde. Precisamente, este año también se celebra el 20º aniversario de la creación del Consorcio Turístico Plazaola cuyo principal cometido era y sigue siendo la recuperación del antiguo trazado como eje vertebrador del desarrollo turístico de la zona.
Según cuentan las crónicas de entonces, aquel 19 de enero, en medio de un paisaje nevado, los trenes que habían salido a las 9.15 horas de Pamplona y San Sebastián con las autoridades e invitados a bordo se encontraron en Uitzi a las 11.00. Después de la bendición, se trasladaron a Pamplona, donde se celebró la inauguración oficial. El servicio al público fue abierto el 25 de enero en 1914. En 85 kilómetros había 17 estaciones: dos en Pamplona, ciudad y empalme, así como en Ainzoain, Sarasa, Irurtzun, Latasa, Lekunberri, Uitzi, Leitza, Areso, Plazaola, Ameraun, Olloki, Andoain, Lasarte, Añorga y San Sebastián, en Amara.
Pero el Plazaola comenzó su andadura unos años antes, en 1904, para transportar el mineral del yacimiento de Bizkotz, en el valle de Leitzaran, hasta Andoain. Allí se transbordaba al Ferrocarril del Norte con destino al puerto de Pasajes. La construcción del trazado se inició en 1902, 21,1 kilómetros de vía, con un ancho de un metro. Posteriormente, la Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos de 1908 establecía la necesidad de un ferrocarril que uniera Pamplona con Pasajes. Así, se contempló la posibilidad de aprovechar la línea Plazaola-Andoain existente.
ESTRAPERLO En años de necesidad y hambre el Plazaola también fue un tren de contrabando, el medio por el que llegaron a muchas casas alimentos básicos como patatas, alubias o pan. La solidaridad de los empleados de las estaciones permitió evitar en muchas ocasiones que la Guardia Civil requisase los alimentos de los viajeros. De aquella época se cuentan numerosas anécdotas. Una de las más conocidas es la de una mujer que al enterarse de que la Guardia Civil estaba en la estación, se deshizo de sus bultos con tanta prisa que tiró también un niño envuelto en una manta. La lentitud del Plazaola puso a salvo a la criatura. También continúa en la memoria de los mayores el abrigo del estraperlista, un tres cuartos de cheviot grueso que en su interior disponía de seis bolsillos con costuras reforzadas. Aún con buen tiempo, era común ver a hombres ataviados con el abrigo, según cuentan. También recuerdan que había muchas mujeres embarazadas.
66 TÚNELES Para salvar la complicada orografía del terreno, se construyeron 32 puentes y 66 túneles, 35 en Navarra. El más importante era el de Uitzi, el túnel más largo construido en la península hasta entonces con 2.700 metros de longitud, que atravesaba la divisoria de aguas entre el Cantábrico y el Mediterráneo. A su paso, el tren circulaba a 10 kilómetros por hora, más de un cuarto de hora a oscuras. Por ello, se decía que era la mejor manera de que los recién casados iniciaran el viaje de novios.
Algunas de aquellas parejas comenzaron su relación alrededor del Plazaola. Y es que la llegada y salida del tren se convirtió en centro de animación, sobre todo los domingos, cuando en Lekunberri era recibido con música. Al atardecer, cuentan, el camino entre la estación y el pueblo, parecía un paseo de enamorados.

fuente  Diario de Noticias

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