Cuatro prototipos serán puestos a prueba, estos dispositivos deben permitir la comprobación de los billetes de embarque a la entrada del andén
Los clientes habituales del TGV francés cambiarán sus hábitos en un
futuro próximo, ya que no validarán sus billetes presentándolos al controlador
en el tren, lo harán antes de subir al tren, cruzando unas puertas similares a las que encontramos en el metro, instaladas en la entrada del andén
.
Este nuevo enfoque es ya una realidad en las estaciones de París-Montparnasse y Marsella-Saint-Charles.
SNCF se están experimentando desde el lunes cuatro sistemas de barreras
automáticas, desarrolladas por los cuatro compañías (IER, Scheidt y
Bachmann, Thales y Xerox) en la contienda para ganar la licitación
realizada por la empresa pública francesa fe ferrocarriles.
Estos prototipos serán puestos a prueba durante tres meses, antes de que la SNCF finalmente se decida por uno, para equiparlos en los próximos dos años en los andenes de las 15 principales estaciones de tren de alta velocidad ". La elección se hará de acuerdo con muchos criterios, pero Lo más importante será el de la fluidez", dice Antoine de Rocquigny, director de operaciones y el servicio a los clientes SNCF Voyages '.
Para dar cabida a cientos de pasajeros en unos pocos minutos, las barreras tienen que permtir un viajero cada 3 segundos, lo que requiere una alta fiabilidad de los lectores sin contacto, que deben reconocer los billetes convencionales impresos en papel normal y en smartphone.
SNCF también asegura para que el paso del equipaje voluminoso sea adecuado. "El ancho estándar de las enradas será de 70 centímetros, un 30% más que las del metro de París, dice Antoine de Rocquigny. Y las destinandas a discapacitados o cochecitos serán de 105 centímetros de ancho ".
Para la empresa pública, el reto es doble. En primer lugar reducir el fraude, los clientes sin billete válido sólo representa entre el 3% y el 4% de los pasajeros de tren de alta velocidad, pero esta práctica, teniendo en cuenta el precio de los billetes, supone dejar de ganar 200 millones euros por año para la SNCF. El acceso sólo para los viajeros con billetes debería reducir significativamente el fenómeno.
Pero el objetivo es también mejorar la calidad de servicio en el tren.
Los controladores, estarán liberados de gran parte de su misión tradicional, se les
pedirá dedicar este tiempo liberado a la información y ayuda a
los clientes.
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