La última estación del tren de la reina Isabel
Hay que hacer obras en el palacio de Buckingham y en el castillo de Windsor, y toca apretarse el cinturón. Por este motivo, el convoy de la soberana podría estar llegando a su fin de trayecto.
Por más
números que hace, a Isabel II no le salen las cuentas. A los ajustes presupuestarios obligados en tiempos de crisis, se
une la necesidad de hacer algunas obras
en el palacio de Buckingham y en el castillo de Windsor, por lo que debe
recortar gastos.
Por este
motivo, la reina se está planteando jubilar su querido tren real, al igual que hizo en 1997 con el yate
Britannia. Mantenerlo cuesta más de 1.200.000 euros al año, aunque eso
sí, a pesar de su antigüedad, funciona con puntualidad británica: margen de
error de 5 segundos.
Pero el
componente sentimental pesa mucho a la hora de tomar la decisión definitiva, ya
que el primer tren real se inauguró en 1842. El actual fue construido en 1977, con motivo del jubileo de plata
de Isabel II, y cuenta con dos
locomotoras que se alternan: una se llama príncipe Guillermo y la otra,
príncipe Harry. Los maquinistas que las conducen forman parte de un
cuerpo de élite.
Cómodo y
práctico
El número habitual de vagones es de ocho, aunque depende de los miembros de la familia que
viajen. La reina cuenta con su propio
vagón, compuesto por un salón, un dormitorio, un cuarto de baño, una
salita y un despacho. El príncipe
Carlos y el duque de Edimburgo también tienen el suyo, con una
distribución similar al de la reina.
Lo cierto es que el tren resulta muy práctico, ya
que permite viajar por la noche, realizar reuniones y es el medio de transporte
ideal cuando el mal tiempo desaconseja volar. Sin embargo, la crisis obliga y quizá el tren real esté
llegando al fin de su trayecto.fuente Mujer Hoy
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