Las vírgenes de Talgo
La advocación mariana ha sido una
constante en los trenes de la empresa financiada por la familia Oriol,
que son un referente mundial
La advocación mariana ha sido una constante en los trenes de la empresa financiada por la familia Oriol, que son un referente mundial
23.03.14 - MIKEL ITURRALDE
Más allá de las críticas políticas de las fuerzas de la
oposición, la concesión de la Medalla de Oro al Mérito Policial, con
carácter honorífico, a la Virgen María Santísima del Amor ha pasado más
bien desapercibida en la sociedad española. El ministro de Interior,
Jorge Fernández Díaz, justificaba la distinción por la "estrecha
colaboración" de la cofradía de culto y procesión Nuestro Padre Jesús el
Rico y María Santísima del Amor con la Policía Nacional "en actos
celebrados durante la Semana Santa". No es la primera vez que la
devoción religiosa acapara reconocimientos oficiales. En septiembre de
2012, el Gobierno concedió la Gran Cruz de la Guardia Civil a la Virgen
del Pilar. Y la reacción popular fue inapreciable; aunque quizá no sea
sólo por desapego.
La práctica de la religión católica ha disminuido
drásticamente en las últimas décadas. Pero España sigue siendo un país
de Marías. Hay 6.398.966 mujeres a las que se les llama por ese nombre,
ya sea en solitario o como parte de otro compuesto. Esto significa que
267 ciudadanas de cada 1.000 fueron inscritas de ese modo, por lo que no
sólo es el apelativo más común, sino que también está muy por encima
del segundo más frecuente, Carmen, repetido en 53 de cada 1.000 casos,
es decir, en un 1.200.000 mujeres (Instituto Nacional de Estadística a
partir de los datos del Padrón Municipal de 2013). Por no hablar de la
costumbre, muy española, de que algunos varones lleven incorporado el
nombre de María a su denominación masculina.
Primera locomotora de Talgo II a su llegada al puerto de Santurtzi en 1950.
Tampoco es de extrañar esta simbiótica relación. Los textos
evangélicos atestiguan la presencia del culto mariano ya desde los
inicios de la Iglesia. Venerar a la Madre de Dios significa afirmar la
divinidad de Cristo, pues los padres del Concilio de Éfeso, al proclamar
a María Theotókos, 'Madre de Dios', querían confirmar la fe en Cristo,
verdadero Dios. Y no olvidemos que, según la tradición católica, la
Virgen, aún en vida, se apareció al apóstol Santiago cuando se
encontraba junto a sus discípulos junto al Ebro la noche del 2 de enero
del año 40. "Oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y
vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de
mármol". Fue así que surgió la advocación de la Virgen del Pilar en
España y, posteriormente, sus milagros y su tumba fueron los artífices
del Camino de Santiago.
El culto a la Virgen se universalizó bien temprano, pero a
raíz del Concilio Vaticano II cobra un especial carácter. "María,
exaltada por la gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos
los ángeles y hombres, como la santa Madre de Dios, que participó en los
misterios de Cristo, es honrada con razón por la Iglesia con un culto
especial", pronuncian los padres de la Iglesia.
Pruebas con el Talgo I que en enero de 1944 alcanza los 135 km/h en la bajada de La Cañada (línea Madrid-Avila).
'Virgen del Pilar' es precisamente la advocación mariana
con la que Talgo bautiza su primera locomotora comercial (350-001),
construida en 1949 en Estados Unidos porque en España no existe aún la
tecnología para acometer el proyecto del ingeniero vizcaíno Alejandro
Goicoechea Omar que financió José Luis de Oriol y Urigüen. En los
talleres de American Car and Foundry (ACF), se fabricaron cuatro
composiciones indeformables, no reversibles. Cada remolque se apoyaba
sobre las dos ruedas traseras y, en su parte delantera, sobre el extremo
de la caja precedente. El primer remolque descansaba sobre la
locomotora. Tres composiciones fueron transportadas a España y una
cuarta se quedó en EE UU. Las locomotoras fueron numeradas de la 1T a
3T, aunque pasaron a Renfe bajo la denominación serie 350. Las cabeceras
fueron bautizadas con nombres de vírgenes: la ya citada Pilar, Aránzazu
(350-002) y Begoña (350-003). Los recorridos de estos conjuntos del
Talgo II (el modelo anterior desarrollado en 1942 nunca llegó a circular
comercialmente) se iniciaron con trayectos entre Madrid y Hendaya, y
finalizaron 22 años más tarde, en 1972, con un viaje entre Madrid y
Palencia. Justo diez años después de que desembarcaran en España las
tres primeras locomotoras, Talgo repatrió la cuarta composición de sólo
seis remolques que se encontraba en EE UU. La máquina fue bautizada en
nuestro país como 'Virgen de Montserrat' (350-004).
Los Talgo II inician su servicio comercial en la línea Madrid-Hendaya, en julio de 1950.
El proyecto de Goicoechea se hizo realidad. La idea
original sobre la que se basó todo el desarrollo de los trenes Talgo
(acrónimo de Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol) fue la sustitución
de los coches convencionales de 26 metros de longitud con dos bogies
por una sucesión de cajas cortas apoyadas en su parte posterior sobre un
par de ruedas independientes, y su parte anterior sobre el centro de la
parte posterior de la caja precedente. Así se forma una sucesión de
triángulos virtuales cuyos vértices se enganchan en el centro de la base
del triángulo precedente, que es a la vez punto de apoyo y punto de
tracción. Mediante esta disposición, se consigue un sistema de guiado
triangular que permite a las ruedas girar paralelas al carril y, en
curvas, hacer que sea negativo el ángulo de ataque de las ruedas que
giran sobre el carril exterior.
El tren que diseñó el ingeniero vasco (inicialmente Tren
ALejando GOicoechea-TALGO, acrónimo que se mantendrá finalmente) era
ligero, construido principalmente con aluminio; con bajo centro de
gravedad, lo que le permite bajas cotas en todas las dimensiones
verticales; guiado por los ejes, que implica un ángulo de ataque de las
ruedas con el carril negativo o nulo; y con ruedas independientes, es
decir, que no poseen un eje común por lo que cada una puede girar
independientemente de la otra.
La locomotora 'Virgen de Begoña', tercera máquina construida en la American Car an Foundry (A.C.F.), en los Estados Unidos.
Para continuar con su proyecto, Goicoechea necesitaba una
financiación importante, pero, con excusas de lo más variopintas, se
encontró ante un muro de ladrillo. Ninguna administración ferroviaria de
la época le apoyó. La banca, menos aún. Hasta que se encontró con José
Luis de Oriol en el verano de 1942. El patricio bilbaíno, aunque
arquitecto, impulsor junto a su suegro de Hidroeléctrica Española (hoy,
Iberdrola), puso parte de su inmensa fortuna en la creación de la
patente Talgo, identificado con el proyecto y con una fe absoluta en el
ingeniero de Elorrio. Fe en el sentido puro del término porque acabó
convencido con una simple exposición, sin prueba alguna y sin ver
siquiera el tren, incorporando la letra de su apellido a la nueva
empresa.
La fe del patriarca de los Oriol fue una constante en su
vida y la devoción a la Virgen, especialmente a la del Pilar, otro de
sus firmes credos, herencia permanente en la familia. De hecho, la mayor
parte de sus propiedades rinden homenaje a la patrona de la Hispanidad.
Bien en la entrada a la antigua finca de la familia en el Cerro del
Coto (uno de los centros de formación más importante de los legionarios
de Cristo); en los muros de San Joseren de Neguri; en el monte de
Pozuelo, que se conoce con el nombre de la citada Virgen (donado a la
Legión de Cristo en 1980); o en el palacio donde habitaba, hoy propiedad
de la Fundación Mapfre (había una capilla en la que se ofrecía misa
diaria y que se ha convertido en museo de arte sacro); y que todos sus
hijos lleven María como segundo nombre, según relata José Antonio del
Moral, experto en comunicación 'on line'.
José Luis de Oriol y Urigüen financió el proyecto del ingeniero vizcaíno Alejandro Goicoechea Omar.
Advocación a la Virgen
Hasta la entrega de los trenes en 2004 de la serie 102 a
Renfe (en origen Talgo 350, popularmente conocidos como 'Patos' por la
forma aerodinámica del testero de las máquinas que recuerda a estas
aves), todas las locomotoras que han remolcado este materia, han sido
puestas bajo la advocación mariana. De esta forma, recibían los nombres
correspondientes a las devociones de las patronas de las capitales o
regiones de España por las que circulaba el material.
El nacimiento de la advocación se inició en 1950, cuando
llegaron de EE UU las primeras unidades, junto con los coches del modelo
Talgo II. Todos los vehículos se transportaron en barco, pero la póliza
del seguro era de tal magnitud que los Oriol decidieron no suscribir
documento alguno y se encomendaron a la protección de la Virgen. Las
tres primeras locomotoras recibieron la advocación de las patronas de la
Hispanidad, Gipuzkoa y Bilbao. Y esa práctica continuó hasta hace bien
poco.
La idea de Goicoechea revolucionó el mundo del ferrocarril y puso a Talgo en la órbita mundial.
Aunque los trenes eran propiedad de Talgo, cuando los
compró Renfe decidió mantener esa tradición, al punto que cuando
reincorporó al parque español la locomotora que se había quedado en EE
UU la bautizó como 'Virgen de Monserrat' porque el servicio que iba a
cubrir, aparte del primer viaje entre Madid-Hendaya, se implantaba en
Cataluña.
De peculiar diseño para la época, el Talgo I de Goicoechea
fue apodado como 'tren oruga'. Se le dotó de una cabeza tractora diésel
con un diseño aerodinámico. Sólo fue utilizado como tren experimental de
ensayo, pero alcanzó los 135 kilómetros por hora descendiendo La Cañada
(Ávila) sin ningún problema en enero de 1944. El convoy se perdió en un
incendio, al parecer, fortuito.
'Virgen de Fátima' estaciona en Vitoria, durante un servicio regular en la línea Madrid-Hendaya.
El 2 de marzo de 1950, Franco inaugura oficialmente los
Talgo II con un viaje Madrid-Valladolid, aunque hay que esperar al 14 de
julio para el inicio del servicio comercial en la línea Madrid-Hendaya
con cuatro trenes semanales a una velocidad máxima de 120 kilómetros por
hora. Pese al espectacular diseño y la revolucionaria tecnología, este
modelo no cosechó los resultados esperados en su explotación, debido a
su irreversibilidad (sólo un sentido de marcha), indeformabilidad y
menores dimensiones de las cajas, por lo que pronto fue retirado del
servicio, según aseguran Manuel Galán Eruste y Miguel Cano López-Luzzati
("Talgo.1942-2010. De un sueño a la alta velocidad". Carin
Producciones).
El servicio comercial del Talgo III, con su popular librea
en rojo y plata, comenzó en la línea Madrid-Barcelona el 15 de agosto de
1964. Pasados tres meses, se inauguró el servicio Madrid-Hendaya/Irun,
vía Valladolid. La conexión con Bilbao tuvo que esperar hasta julio de
1965. Evidentemente, se recoge la advocación mariana y las locomotoras
se bautizan con el nombre de las vírgenes españolas.
Los colores plata y rojo del nuevo tren pronto se
popularizarían a lo largo y ancho de la geografía española. En sus
inicios, el Talgo III estaba considerado el "producto de alta gama de
Renfe" y así se reflejaba en el precio. El suplemento Talgo instaurado
en 1964 significaba un importe, en pesetas por kilómetros, cercano al
50% de la tarifa general de primera clase.
El prototipo del popular 'Pato' fue bautizado como 'Virgen del Pilar', pero dejó el nombre al pasar a Renfe.
Y, además, ha sido un tren de récords. Una de las
locomotoras que arrastraba este tipo de convoy, de nombre 'Virgen del
Rosario', tiene la marca de Renfe en lo que se refiere a distancia
recorrida: 7,4 millones de kilómetros en 38 años. Un Talgo III se
ocupaba del servicio de "mayor longitud de la red ferroviaria española":
Barcelona-A Coruña, vía Tarragona-Lleida-Pamplona-León, de 1.390
kilómetros. En junio de 1966, una composición del 'rojo y plata' circula
por primera vez en España a 200 kilómetros por hora. Lo realiza con
locomotora 2000 T durante unas pruebas entre Sevilla y Los Rosales. En
mayo de 1972, un tren con suspensión neumática, arrastrado por la
locomotora Renfe 3005 T 'Virgen de la Bien Aparecida', alcanza los 222
kilómetros por hora en la línea Madrid-Barcelona, entre las estaciones
de Azuqueca y Meco, en Guadalajara. La marca Talgo alcanza fama mundial y
varios países se interesan por la patente de tecnología española.
Llevar el nombre de la Virgen no es una eximente para
librarse de accidentes. Cuatro siniestros importantes han tenido como
protagonistas unidades de la marca. El más grave fue el ocurrido el 15
de diciembre de 1978, en la estación de Manzanares (Ciudad Real), al
descarrilar el Talgo Madrid-Sevilla-Cádiz. Murieron trece personas y
resultaron heridas otras doce. El 30 de junio de ese mismo año se
produjo un aparatoso accidente en la localidad valenciana de Buñol, al
chocar el tren Talgo 352 de la línea Madrid-Valencia contra un camión
atascado en un paso a nivel cercano a dicha localidad. A consecuencia
del encontronazo, hubo que lamentar un muerto. El 10 de septiembre de
1977, el 'Mare Nostrum' colisionó, en las cercanías de Valencia, con un
tren de vía estrecha, línea Grao-Valencia, que procedía de esta última
ciudad; el siniestro ocurrió en un cruce automático. El balance del
accidente fue de seis muertos y veintitrés heridos, pertenecientes todos
ellos al convoy de vía estrecha. El 15 de julio de 1980, la colisión en
la estación de Torralba (Soria) de un Talgo Barcelona-Madrid con un
tren de mercancías que se hallaba detenido en la misma dejó 17 muertos y
22 heridos.
Cuadro con la advocación mariana de todas las locomotoras de patentes Talgo con servicio en España.
Virgen del Buen Camino
Las anécdotas de la firma española con sus advocaciones
también son considerables. Un telegrama enviado desde Francia a los
talleres de mantenimiento de Pueblo Nuevo en Barcelona aseguraba que "La
Virgen de la Bien Aparecida está mal de pestañas". Los franceses no
pretendían ser irreverentes ni mofarse de la patrona de Cantabria;
simplemente advertían que la locomotora 3005-T que realizaba el servicio
a Ginebra debía ser sometida al torneado de las ruedas, advierten Galán
y Cano.
El primer viaje de un Talgo III entre Madrid y Sevilla en
abril de 1965 también sufrió una incidencia. La locomotora 2010-T
(352-010 para Renfe) debía encabezar el convoy, pero se encontraba en la
factoría de Babcock&Wilcox. El hijo del patriarca y presidente de
la compañía, José María Oriol y Urquijo, decidió que para la
presentación de su tren en Andalucía hiciera el servicio la 'Virgen
Peregrina' (352-002 o 2002-T), la misma locomotora que cubrió el primer
recorrido de Madrid a Burgos, cuando el general Franco inauguró la línea
en julio de 1968.
Coche panorámico del Talgo II, que se puede contemplar en el Museo del Ferrocarril de Delicias, en Madrid.
La advocación mariana que menos tiempo se ha mantenido ha
sido 'Virgen del Rocío', nombre con el que se bautizó la segunda cabeza
motriz del Talgo XXI (serie 355 en Renfe), posteriormente denominada BT.
La máquina perdió los colores plata-rojo al ser adquirida por el Gestor
de Infraestructuras Ferroviarias, cuyo objetivo era la construcción y,
en su caso, administración de las nuevas infraestructuras ferroviarias.
En enero de 2005 esa tarea fue encomendada a la recién creada
Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que se separaba
de Renfe operadora. El azul celeste fue el color del la nueva unidad
adscrita en principio a la línea de alta velocidad
Madrid-Zaragoza-Alicante para trabajos de auscultación y mantenimiento,
que luego cambió por los corporativos blanco y verde. Además de la
librea, perdió el nombre original. Existe otra cabeza motriz BT.002
(serie 355-002) llamada 'Virgen de los Reyes'.
Es un tren completo, a diferencia de los trenes de la serie
102 ('Patos') o los de la 130 ('Patitos') de Renfe que, a pesar de ser
completamente construidos y diseñados por Talgo, tienen las cabezas
motrices separadas de los coches de la marca, que van íntimamente
unidos. Aunque no han existido ofertas comerciales para estos trenes, ni
para otro prototipo como la locomotora L-9202 de Talgo (primera máquina
del mundo eléctrica y bitensión para alta velocidad), las
investigaciones realizadas por estos trenes en sistemas como los bogies
de rodadura desplazable han dado como fruto la serie 130 de Renfe.
Testero y coche de cola del Talgo II, durante el servicio comercial tras la adquisición de Renfe.Archivo Las Provincias.
Lo más curioso de la advocación mariana de la patente
española más reconocida internacionalmente, que se cortó en 2006, es la
predilección por una de las vírgenes españolas, cuyo nombre han repetido
hasta en cuatro ocasiones. Además de la primera locomotora del Talgo
II, se ha bautizado así a la máquina del Talgo Pendular 354-005, una de
las cabezas motores del Talgo XXI (serie 355 en servicio del Adif) y
finalmente el prototipo del Talgo 350 (actual 'Séneca', laboratorio
rodante de Adif), la primera con tracción eléctrica de alta velocidad.
¿Adivinan el nombre? Efectivamente, 'Virgen del Pilar'.
fuente El Correo
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