La compañía, símbolo del ferrocarril asturiano, queda absorbida por Renfe y Adif pendiente de los cambios en su estructura y sus servicios
Oviedo, Eloy MÉNDEZ
Los 48 años de historia de Feve llegaron ayer al final de su trayecto sin pena ni gloria. La compañía ferroviaria de vía estrecha quedó oficialmente integrada en Renfe y Adif, sin cambios en ninguno de los servicios y de manera desapercibida para viajeros y trabajadores. El logotipo lucía intacto en carteles y locomotoras, a la espera de que la nueva dirección ordene su sustitución por la próxima imagen corporativa. Sólo algunos nostálgicos lamentaban junto a los andenes la absorción de la empresa, que supondrá un ahorro de 5,7 millones de euros al año y, a la larga, una reordenación de las líneas. «Me duele que desaparezca porque era un emblema y parte de mi infancia y adolescencia», comentaba ayer Javier Quijada, cuarta generación de una familia vinculada al sector, junto a un expendedor de la estación de trenes de Oviedo.
Quijada era uno de los pocos viajeros que se paseaban ayer por el vestíbulo de la terminal ovetense a media tarde, durante una de las jornadas con menos actividad de todo el año. «Fue usuario de Feve durante muchos años. Siempre lo cogía cuando me acercaba en alguna de mis excursiones a Llanes», comentaba este mierense, que trabaja en la sede madrileña de una empresa dedicada a la fabricación de señalización ferroviaria. Este amante de las vías no tiene claro que las razones aducidas por el Gobierno para la absorción de Feve por parte de Renfe estén lo suficientemente argumentadas. «Aseguran que lo hacen por eliminar altos cargos y para unificar compras, lo que supuestamente supondrá un ahorro. Lo primero puede estar bien, pero que ocurra lo segundo es más discutible», decía con un plano con las líneas de la compañía en la mano.
A escasos metros, José Pérez, Alicia Martínez y su hija Noelia sacaban sus billetes en uno de los expendedores de billetes, que desde ayer muestran el nombre Renfe-Feve, como se denominará la nueva compañía resultante de la operación. «La verdad es que no nos habíamos enterado de que desaparecía una de las empresas porque el servicio sigue igual que siempre», comentaban poco antes de partir rumbo a La Pereda, en el concejo de Mieres.
Como ellos, a la mayoría de los viajeros que ayer se subieron al tren le pasó inadvertida la nueva situación funcional del sector en la región. «No se ha dado información porque, en realidad, a nivel práctico no cambia absolutamente nada. Los empleados de Feve seguirán trabajando como siempre y donde siempre, sólo que su nómina la pagará Renfe-Feve. Los viajeros ni se enterarán», comentaba una trabajadora tras una de las ventanillas de información. «La muerte de este emblema asturiano ha sido silenciosa», añadía.
Porque con Feve, que da servicio en seis autonomías, se va también buena parte de la historia ferroviaria de Asturias, donde tenían su plaza más de la mitad de sus trabajadores y donde conservaba una mayor cuota de mercado. Un símbolo que llega a vía muerta tras años de una gestión poco rigurosa y pérdidas en continuo ascenso.
Oviedo, E. M.
Los empleados de Feve esperan que los cambios en la antigua dirección de la compañía, absorbida por Renfe y Adif, sean inminentes. «Estamos casi convencidos de que la cúpula que hemos conocido hasta ahora sufrirá modificaciones a partir de la próxima semana, con una reducción de puestos», explica Jorge Luis Fernández, del sindicato UGT y presidente del comité de empresa de la compañía desaparecida. «Para otros cambios, como la colocación del nuevo logotipo y los posibles cambios en las líneas, habrá que esperar todavía un poco más», añade satisfecho, porque la operación no ha supuesto la pérdida de ningún empleo.
fuente: http://www.lne.es
Los 48 años de historia de Feve llegaron ayer al final de su trayecto sin pena ni gloria. La compañía ferroviaria de vía estrecha quedó oficialmente integrada en Renfe y Adif, sin cambios en ninguno de los servicios y de manera desapercibida para viajeros y trabajadores. El logotipo lucía intacto en carteles y locomotoras, a la espera de que la nueva dirección ordene su sustitución por la próxima imagen corporativa. Sólo algunos nostálgicos lamentaban junto a los andenes la absorción de la empresa, que supondrá un ahorro de 5,7 millones de euros al año y, a la larga, una reordenación de las líneas. «Me duele que desaparezca porque era un emblema y parte de mi infancia y adolescencia», comentaba ayer Javier Quijada, cuarta generación de una familia vinculada al sector, junto a un expendedor de la estación de trenes de Oviedo.
Quijada era uno de los pocos viajeros que se paseaban ayer por el vestíbulo de la terminal ovetense a media tarde, durante una de las jornadas con menos actividad de todo el año. «Fue usuario de Feve durante muchos años. Siempre lo cogía cuando me acercaba en alguna de mis excursiones a Llanes», comentaba este mierense, que trabaja en la sede madrileña de una empresa dedicada a la fabricación de señalización ferroviaria. Este amante de las vías no tiene claro que las razones aducidas por el Gobierno para la absorción de Feve por parte de Renfe estén lo suficientemente argumentadas. «Aseguran que lo hacen por eliminar altos cargos y para unificar compras, lo que supuestamente supondrá un ahorro. Lo primero puede estar bien, pero que ocurra lo segundo es más discutible», decía con un plano con las líneas de la compañía en la mano.
A escasos metros, José Pérez, Alicia Martínez y su hija Noelia sacaban sus billetes en uno de los expendedores de billetes, que desde ayer muestran el nombre Renfe-Feve, como se denominará la nueva compañía resultante de la operación. «La verdad es que no nos habíamos enterado de que desaparecía una de las empresas porque el servicio sigue igual que siempre», comentaban poco antes de partir rumbo a La Pereda, en el concejo de Mieres.
Como ellos, a la mayoría de los viajeros que ayer se subieron al tren le pasó inadvertida la nueva situación funcional del sector en la región. «No se ha dado información porque, en realidad, a nivel práctico no cambia absolutamente nada. Los empleados de Feve seguirán trabajando como siempre y donde siempre, sólo que su nómina la pagará Renfe-Feve. Los viajeros ni se enterarán», comentaba una trabajadora tras una de las ventanillas de información. «La muerte de este emblema asturiano ha sido silenciosa», añadía.
Porque con Feve, que da servicio en seis autonomías, se va también buena parte de la historia ferroviaria de Asturias, donde tenían su plaza más de la mitad de sus trabajadores y donde conservaba una mayor cuota de mercado. Un símbolo que llega a vía muerta tras años de una gestión poco rigurosa y pérdidas en continuo ascenso.
Oviedo, E. M.
Los empleados de Feve esperan que los cambios en la antigua dirección de la compañía, absorbida por Renfe y Adif, sean inminentes. «Estamos casi convencidos de que la cúpula que hemos conocido hasta ahora sufrirá modificaciones a partir de la próxima semana, con una reducción de puestos», explica Jorge Luis Fernández, del sindicato UGT y presidente del comité de empresa de la compañía desaparecida. «Para otros cambios, como la colocación del nuevo logotipo y los posibles cambios en las líneas, habrá que esperar todavía un poco más», añade satisfecho, porque la operación no ha supuesto la pérdida de ningún empleo.
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