El Ayuntamiento negocia con Feve y Renfe para que Alsa no abandone la estación
El concejal de Servicios Urbanos
quiere evitar que la empresa de autobús cumpla su amenaza de irse el día
31 si no recibe colaboración
El concejal de Servicios Urbanos quiere evitar que la empresa de autobús cumpla su amenaza de irse el día 31 si no recibe colaboración
A. PALACIO la voz de avilés
El Ayuntamiento de Avilés presentará una propuesta «que
pueda satisfacer» a Renfe y Feve con el objetivo de evitar que dejen de
aportar su parte a la entidad conjunta que gestiona la estación de
Avilés. Según indicó el concejal de Servicios Urbanos, Luis Ramón
Fernández Huerga, en los próximos días se producirá un encuentro a tres
bandas entre el Ayuntamiento de Avilés y las dos entidades para abordar
este tema.
«La propuesta contempla la reducción de gastos, pero
mantendrá los servicios necesarios para el correcto funcionamiento de la
estación», aseguró el concejal, que por el contrario evitó dar más
detalles hasta que Renfe y Feve tengan conocimiento del documento.
«Recoge además lo que nosotros entendemos que es lo mejor para el
mantenimiento del servicio», recalcó Fernández Huerga.
La compañía de autobuses Alsa advirtió el pasado 12 de
diciembre que dejaría de participar en la gestión de la estación
intermodal el día 1 de enero si las aportaciones económicas de las
empresas Renfe y Feve no se cubrían. Alsa se puso en contacto con el
Ayuntamiento de Avilés para reclamar una alternativa después de que las
dos empresas de ferrocarril anunciasen que dejarían de dar apoyo
económico a la gestión de la estación.
El concejal de Recursos Urbanos había explicado que los
problemas se iniciaron con el anuncio por parte de Renfe, en julio, que
debido a su política de recortes dejaría de hacer sus aportaciones a la
entidad gestora de la estación.
Retirada de Feve
Posteriormente, «Feve anunció que haría lo propio a
partir de diciembre», lo que dejaría a la filial de Alsa creada para
participar en la gestión como única empresa encargada de sufragar los
costes de funcionamiento del mismo. Fernández Huerga indicó también que
esperaba que tanto la Administración central Alsa se avengan a algún
tipo de acuerdo que permita mantener la actividad normal de una estación
intermodal que se construyó en su día con aportaciones de las
administraciones local, autonómica y central.
Mientras el Ayuntamiento busca una solución a marchas
forzadas, el deterioro de la estación sigue su ritmo. El pasado jueves,
con la taquilla ya cerrada -sólo funciona hasta las diez y cuarto de la
noche, cuando el último autobús regular sale de Avilés, en dirección a
Oviedo, a las once y media-, la máquina expendedora de billetes no
funcionaba.
Sin billete
Por ese motivo, varios pasajeros tuvieron que comprar su
billete en el propio autobús, algo que no es habitual a no ser que sea
en el que cubre el servicio de las once y media de la noche, los búho de
las noches del sábado y para los viajeros que acceden al vehículo en la
parada habilitada en la calle de Llano Ponte.
Por si no fuese suficiente, la limpieza de todo el
recinto sigue siendo insuficiente, y las goteras casi una constante en
los andenes más utilizados por los viajeros.
El pasado 21 de octubre entraron en vigor los últimos
recortes en la estación intermodal, que desde entonces tiene menos
vigilancia -solo en el turno de tarde-, y menos horas destinadas a la
limpieza de las instalaciones, ya que en lugar de ser dos cada turno
-mañana y tarde-, son dos en total.
Desde ese mismo mes de octubre, el deterioro de las
instalaciones de la estación de autobuses y ferrocarriles de la ciudad
es más que evidente, y también ha habido varios intentos de forzar
autobuses por la noche y a primeras horas de la mañana, aprovechando que
el trabajo de los vigilantes finaliza a las doce y media de la
madrugada entre semana.
Sin incidencias
Los domingos, el servicio de vigilancia debe cubrir dos
horas coincidiendo con la llegada de los últimos autobuses búhos, aunque
de momento no ha habido ninguna incidencia al respecto.
Entre otras cosas, los usuarios de la estación se quejan
de la falta de información -Renfe, por ejemplo, no tiene mostrador para
informar a sus viajeros por las tardes-, o de que los vigilantes sean
los que tengan que informar de los horarios y precios, y que de hecho no
puedan acceder al recinto de las máquinas expendedoras del tren, porque
tienen orden de no ir a la zona de cafetería, ya que no está dentro de
sus funciones como empleados
fuente: http://www.elcomercio.es.
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