Tras 20 años abandonada, la Estación del Norte se convirtió ayer en
una discoteca privada a la que tuvieron acceso los 1.000 invitados de
una marca de whisky, entre los que había rostros conocidos (Marta
Sánchez, Lolita, David Delfín, Antonio Orozco o Topacio Fresh), que
vieron las actuaciones en directo de Djs, de Silvia Superstar y la banda
DrumKillers.
El acto es solo uno de los primeros de muchos por venir,
según tiene intención Adif, la empresa pública de gestión ferroviaria,
que pertenece al Ministerio de Fomento. Hasta ahora la política de la
empresa había sido mantener los 6.800 metros cuadrados del frontal de la
Estación del Norte —declarada Bien de Interés Cultural y con dos
majestuosas cúpulas que hoy lucen abandonas y muy deterioradas— cerrados
a cal y canto.
Pero ha dado un giro a su política, ofertándolos para acoger todo tipo de eventos privados previo pago de un alquiler mínimo diario de 1.200 euros por el vestíbulo más 1.000 euros por el aparcamiento y “el compromiso de realizar labores concretas de carácter menor relacionadas con el mantenimiento, limpieza y mejora de la estación”.
La normativa urbanística del edificio solo permite su uso “terciario recreativo” —espectáculos públicos y teatro— y Adif tiene la intención de alquilarlo pera todo tipo de “eventos, acciones publicitarias y promocionales y presentaciones por parte de empresas”.
Pero ha dado un giro a su política, ofertándolos para acoger todo tipo de eventos privados previo pago de un alquiler mínimo diario de 1.200 euros por el vestíbulo más 1.000 euros por el aparcamiento y “el compromiso de realizar labores concretas de carácter menor relacionadas con el mantenimiento, limpieza y mejora de la estación”.
La normativa urbanística del edificio solo permite su uso “terciario recreativo” —espectáculos públicos y teatro— y Adif tiene la intención de alquilarlo pera todo tipo de “eventos, acciones publicitarias y promocionales y presentaciones por parte de empresas”.
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