El Gobierno Vasco planteará a Fomento hacerse cargo de la gestión del AVE
Transportes quiere que Euskotren asuma el servicio entre las tres capitales
Mikel Ormazabal
San Sebastián
2 NOV 2012
El Gobierno vasco ya se ha colocado en la línea de salida para lograr
adjudicarse la gestión de los servicios ferroviarios que ofrezca el AVE
entre las tres capitales a partir de la puesta en funcionamiento de la
futura red de alta velocidad. El Ejecutivo autónomo quiere que la
compañía pública Euskotren asuma todas las operaciones que se
desarrollen por la denominada Y vasca y discurran íntegramente dentro del territorio de la comunidad.
Eusko Trenbide Sarea (ETS), el gestor ferroviario dependiente del Gobierno de Vitoria, aprobó en la última reunión de su Consejo de Administración, celebrada en octubre pasado, solicitar a la Comisión Mixta de Transferencias Estado-Euskadi la competencia sobre todos los servicios que preste el AVE en el ámbito vasco.
En el tramo final de su mandato, justo antes de las pasadas elecciones en las que ganó el PNV claramente triunfador —y todo apunta a que este partido asumirá en solitario el Ejecutivo—, el Gabinete socialista dejó listo el camino para lograr el traspaso de la competencia sobre el AVE, la mayor infraestructura jamás construida en Euskadi. “Solo falta realizar formalmente la petición y que Madrid dé su consentimiento”, asegura a EL PAÍS el viceconsejero de Transportes en funciones, Ernesto Gasco.
Euskadi ha decidido dar este paso tras conocer la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de adelantar a julio próximo la liberalización del transporte ferroviario de pasajeros en España. Esta medida, forzada por los problemas económicos y la elevada deuda conjunta de Renfe, Adif (el gestor ferroviario de Fomento) y Feve, supondrá la mayor transformación que ha vivido el sector y, además, abre la vía para que la Administración vasca asuma en el futuro la gestión de las operaciones que se realicen en la línea de alta velocidad entre las tres capitales.
Si prospera la petición, Gasco explica que de los ocho “surcos ferroviarios” (las circulaciones) que realizará el AVE, Euskotren se encargaría de operar en tres de esos servicios. Transportes ya ha realizado cálculos sobre el coste de estas operaciones para el usuario, que oscilarán entre los 10 y los 15 euros por trayecto Bilbao-Vitoria (28 minutos de duración prevista), Bilbao-San Sebastián (38 minutos) o Vitoria-San Sebastián (34 minutos). “Queremos que sea un tren social”, subraya el viceconsejero.
El Ejecutivo autónomo considera que esta competencia es “perfectamente asumible” por el País Vasco y tiene encaje legal en la Constitución y en el Estatuto. También refiere los ejemplos de Alemania y Francia, donde los lander y las regiones, respectivamente, son los que deciden sobre el transporte ferroviario de pasajeros y fijan el número de servicios o sus precios.
En el caso de la Y, si se concede la transferencia, la asunción de las competencias por la Administración vasca será “más sencilla”, dado que Adif no habría operado en la red antes de su entrada en funcionamiento. Este hecho, según ETS, facilitaría el proceso porque “no sería necesaria la transferencia de medios materiales y personales, ni la realización de valoración económica alguna”.
La petición del Gobierno se produce cuando Fomento ha abierto el debate sobre la privatización de Renfe, que podría quedar dividida en cuatro empresas, especializadas en el tráfico de pasajeros, mercancías, mantenimiento de trenes y material rodante. Esta reconversión debería estar culminada antes de julio de 2013, cuando entre en vigor la liberalización ferroviaria (un año antes de lo previsto en la UE).
En Euskadi, no hay ninguna seguridad de que el trazado que está en construcción desde 2006 esté rematado para 2016. En la actualidad, Adif construye el ramal entre Vitoria y Bilbao, con una inversión total de 2.592 millones de euros, mientras que los 1.586 millones restantes corren a cargo del Gobierno vasco, que ejecuta los 87,5 kilómetros que discurren por Gipuzkoa, aunque esa cantidad la descontará después íntegra del Cupo.
Fomento asegura haber destinado ya 922 millones (el 35% del total) y licitado tramos por valor de otros 1.230 millones. En la parte guipuzcoana, ETS también ha concluido dos segmentos que totalizan cinco kilómetros y tiene en marcha 15 más. El Ejecutivo autónomo ha licitado trabajos por 1.699,8 millones.
El ritmo de los trabajos permitía fijar en 2016 la fecha de su inauguración, pero el recorte de las inversiones estatales para 2013 deja en el aire el cumplimiento de los plazos. El proyecto de Presupuestos del Estado reduce en 121 millones la asignación para el AVE vasco en el próximo ejercicio, al pasar de 314 millones de 2011 a 193 millones.
Ante esta considerable rebaja presupuestaria, el Gobierno remitió a comienzos de octubre una carta a la ministra de Fomento, Ana Pastor, solicitándole explicaciones, aunque el escrito no ha recibido todavía respuesta, según precisa Gasco.
Un alto responsable del PP vasco justifica el recorte al AVE por la “falta de dinero” y recuerda que “el año pasado subió la inversión en la alta velocidad un 40%” en Euskadi. “Es una cuestión de ritmos en un momento de absolutas necesidades económicas”, apostilla.
Eusko Trenbide Sarea (ETS), el gestor ferroviario dependiente del Gobierno de Vitoria, aprobó en la última reunión de su Consejo de Administración, celebrada en octubre pasado, solicitar a la Comisión Mixta de Transferencias Estado-Euskadi la competencia sobre todos los servicios que preste el AVE en el ámbito vasco.
En el tramo final de su mandato, justo antes de las pasadas elecciones en las que ganó el PNV claramente triunfador —y todo apunta a que este partido asumirá en solitario el Ejecutivo—, el Gabinete socialista dejó listo el camino para lograr el traspaso de la competencia sobre el AVE, la mayor infraestructura jamás construida en Euskadi. “Solo falta realizar formalmente la petición y que Madrid dé su consentimiento”, asegura a EL PAÍS el viceconsejero de Transportes en funciones, Ernesto Gasco.
Euskadi ha decidido dar este paso tras conocer la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de adelantar a julio próximo la liberalización del transporte ferroviario de pasajeros en España. Esta medida, forzada por los problemas económicos y la elevada deuda conjunta de Renfe, Adif (el gestor ferroviario de Fomento) y Feve, supondrá la mayor transformación que ha vivido el sector y, además, abre la vía para que la Administración vasca asuma en el futuro la gestión de las operaciones que se realicen en la línea de alta velocidad entre las tres capitales.
Si prospera la petición, Gasco explica que de los ocho “surcos ferroviarios” (las circulaciones) que realizará el AVE, Euskotren se encargaría de operar en tres de esos servicios. Transportes ya ha realizado cálculos sobre el coste de estas operaciones para el usuario, que oscilarán entre los 10 y los 15 euros por trayecto Bilbao-Vitoria (28 minutos de duración prevista), Bilbao-San Sebastián (38 minutos) o Vitoria-San Sebastián (34 minutos). “Queremos que sea un tren social”, subraya el viceconsejero.
El Ejecutivo autónomo considera que esta competencia es “perfectamente asumible” por el País Vasco y tiene encaje legal en la Constitución y en el Estatuto. También refiere los ejemplos de Alemania y Francia, donde los lander y las regiones, respectivamente, son los que deciden sobre el transporte ferroviario de pasajeros y fijan el número de servicios o sus precios.
En el caso de la Y, si se concede la transferencia, la asunción de las competencias por la Administración vasca será “más sencilla”, dado que Adif no habría operado en la red antes de su entrada en funcionamiento. Este hecho, según ETS, facilitaría el proceso porque “no sería necesaria la transferencia de medios materiales y personales, ni la realización de valoración económica alguna”.
La petición del Gobierno se produce cuando Fomento ha abierto el debate sobre la privatización de Renfe, que podría quedar dividida en cuatro empresas, especializadas en el tráfico de pasajeros, mercancías, mantenimiento de trenes y material rodante. Esta reconversión debería estar culminada antes de julio de 2013, cuando entre en vigor la liberalización ferroviaria (un año antes de lo previsto en la UE).
En Euskadi, no hay ninguna seguridad de que el trazado que está en construcción desde 2006 esté rematado para 2016. En la actualidad, Adif construye el ramal entre Vitoria y Bilbao, con una inversión total de 2.592 millones de euros, mientras que los 1.586 millones restantes corren a cargo del Gobierno vasco, que ejecuta los 87,5 kilómetros que discurren por Gipuzkoa, aunque esa cantidad la descontará después íntegra del Cupo.
Fomento asegura haber destinado ya 922 millones (el 35% del total) y licitado tramos por valor de otros 1.230 millones. En la parte guipuzcoana, ETS también ha concluido dos segmentos que totalizan cinco kilómetros y tiene en marcha 15 más. El Ejecutivo autónomo ha licitado trabajos por 1.699,8 millones.
El ritmo de los trabajos permitía fijar en 2016 la fecha de su inauguración, pero el recorte de las inversiones estatales para 2013 deja en el aire el cumplimiento de los plazos. El proyecto de Presupuestos del Estado reduce en 121 millones la asignación para el AVE vasco en el próximo ejercicio, al pasar de 314 millones de 2011 a 193 millones.
Ante esta considerable rebaja presupuestaria, el Gobierno remitió a comienzos de octubre una carta a la ministra de Fomento, Ana Pastor, solicitándole explicaciones, aunque el escrito no ha recibido todavía respuesta, según precisa Gasco.
Un alto responsable del PP vasco justifica el recorte al AVE por la “falta de dinero” y recuerda que “el año pasado subió la inversión en la alta velocidad un 40%” en Euskadi. “Es una cuestión de ritmos en un momento de absolutas necesidades económicas”, apostilla.
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