La historia del tren en Utrera
En 2014 se cumplen 150 años de la inauguración de la estación de tren de Utrera y de la bifurcación a Morón
Sin lugar a dudas la llegada del tren a la localidad de
Utrera es el hecho más influyente que ha ocurrido en la localidad en los
últimos 150 años. A partir de ese momento cambia por completo la
percepción de Utrera, que siempre había sido un lugar importante en las
comunicaciones terrestres entre Sevilla y Cádiz, adquiriendo una nueva
dimensión en el mapa. Por ello el 1 de mayo de 1860, momento en el que
se inaugura la estación de tren de Utrera, está marcado con letras de oro en el calendario de hechos relevantes en el devenir de la localidad.
En el año 1859 comenzaron a funcionar las vías de tren en
la localidad, mientras que la pequeña estación iba poco a poco cobrando
forma, para lo que incluso los operarios abrieron diversos caminos
que comunicaban la zona de la estación con Las Veredillas y la Vía
Marciala, ya que hay que tener cuenta que en esta época el lugar que
ocupa la estación se consideraba bastante alejado del casco urbano.
Javier Troncoso es un utrerano enamorado del mundo de los
trenes y nos cuenta que la inauguración oficial de la estación de tren
de Utrera no llegó hasta el año 1864, por lo que en el mes de septiembre
de este año 2014 se cumplen nada más y nada menos que 150 años de esta efeméride.
Fue en 1864 cuando se levantaron todo tipo de edificios ferroviarios
secundarios, como el muelle cubierto, los talleres o la rotonda para la
inversión de la marcha. Es en ese momento cuando la estación poco a poco
va adquiriendo el aspecto con el que cuenta en la actualidad, siendo
uno de los edificios más transitados de la localidad.
La inauguración de la nueva estación, que se convertía en
la localidad en el símbolo absoluto del progreso, en una época en la que
el paisaje urbano de Utrera estaba cambiando, tuvo lugar en el mismo
momento en el que se inauguraba la bifurcación de la línea ferroviaria
de Morón de la Frontera, que tuvo lugar concretamente el 12 de septiembre de 1864.
La línea ferroviaria que unía Utrera con la localidad de Morón de la Frontera tenía una longitud de 32 kilómetros,
que según los cálculos de la época contaron para su construcción con un
presupuesto de algo más de tres millones de pesetas. Los trenes
estuvieron cubriendo este recorrido hasta la década de los noventa del
pasado siglo XX. En sus primeros años de funcionamiento la línea
experimentó un enorme crecimiento en su uso, así por ejemplo en su año
de inauguración se contabilizaron 11.000 viajeros, mientras que en el
año 1872 los datos registraban ya más de 110.000 viajeros. Una línea que
se convirtió en estratégica al unirse también con las líneas que
tomaban como destino Málaga.
Pocas infraestructuras han sido tan definitivas para Utrera
como fue la llegada del tren y la construcción de su estación, que
cambió para siempre la percepción de los ciudadanos. A lo largo del
último tramo del siglo XIX, coincidiendo también en la localidad con el
gobierno de Clemente y Enrique de la Cuadra, la ciudad se iba a transformar en muy pocos años.
Es este el periodo en el que ve la luz el teatro municipal Enrique de
la Cuadra, comienza el adoquinado de las calles del centro del
municipio, se construye el cementerio municipal y cierta mentalidad
ilustrada llega a los prohombres de la ciudad.
Esas antiguas locomotoras han desaparecido para dar paso a
modernos y cómodos trenes que no huelen a carbón, pero todavía quedan
románticos que bucean en la historia reciente para conocer como el tren cambió a Utrera
y como los hábitos de los ciudadanos y las decisiones de los
gobernantes, fueron dejando en el camino numerosas estaciones, que en
otros tiempos se veían convertidas en populosas paradas y que hoy
reflejan el inevitable paso del tiempo.
fuente ABC de Sevilla
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