La Federación por el Patrimonio de Castilla y León urge a conservar la línea férrea a La Fregeneda
La entidad regional estima que el enorme potencial de la infraestructura es clave para el desarrollo de la zona
La Federación por el Patrimonio de Castilla y León urge al Ministerio de Cultura a conservar la línea a La Fregeneda (declarada Bien de Interés Cultural) y salvarla del olvido y la degradación “cumpliendo con lo exigido en la Ley de Patrimonio Histórico Español a propósito de los bienes de interés cultural” por lo que se exige “emprender las acciones oportunas para la restauración y conservación de la línea férrea entre las localidades de La Fuente de San Esteban y La Fregeneda”, ya que “el mal estado de conservación, que se agrava de día en día, está afectando a la propia integridad del bien declarado”.
La federación regional también apunta al “enorme potencial de 
desarrollo socio-económico” que la línea férrea y las construcciones 
inherentes supondrían para el desarrollo del oeste de la provincia de 
Salamanca y lamenta que las Administraciones competentes hayan 
despreciado las propuestas realizadas por entidades cívicas e 
institucionales de la zona en las últimas décadas.
La línea férrea entre La Fuente de San Esteban y la localidad 
portuguesa de Barca d'Alva, que transcurre por un paisaje geográfico 
único, fue construida hace 125 años dentro de una estrategia de 
desarrollo socioeconómico y de comunicación internacional para realizar 
el transporte de mercancías portuguesas hacia Europa a través de 
Salamanca. El territorio estuvo articulado con esta línea hasta que en 
1985 el Gobierno de España tomó la desacertada decisión de cerrarla.
Esta obra de ingeniería posee un alto valor patrimonial en su tramo
 La Fuente de San Esteban-La Fregeneda: por la singularidad de algunos 
de sus tramos, por su envergadura (13 puentes  y 22 túneles en 17 
kilómetros) y el uso del hierro. Desde el año 2000 es considerada Bien 
de Interés Cultural con categoría de monumento, pero el abandono que 
padece ha llevado un estado de deterioro considerable que hace peligrar 
la integridad del bien declarado.
El Estado, al tratarse de una línea férrea de titularidad y gestión
 estatal, es el responsable de su conservación como propietario del 
monumento. La Ley 16/1985 de 25 de junio, de Patrimonio Histórico 
Español, recoge que “los poderes públicos procurarán por todos los 
medios la conservación, consolidación y mejora de los Bienes declarados 
de Interés Cultural”; y que “los bienes integrantes del Patrimonio 
Histórico Español deberán ser conservados, mantenidos y custodiados por 
sus propietarios o, en su caso, por los titulares de derechos reales o 
por los poseedores de tales bienes”.

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